Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜

Cap 42. 🌜

Mateo

Salí del baño, sacudiendo mis manos para quitar el exceso de agua en ellas, mientras mi mirada iba de un lado a otro, analizando a todos los presentes fuera de la sala de juicio.

Si amigos, como lo oyen....

Hoy fue el primer juicio de mi querida hermana, la pelotuda de Pia.

Realmente no fue mi decisión venir, sino que gracias a Pia, yo soy su tutor legal en la empresa que trabaja como ya lo saben.

Y bueno no es de mi agrado ver cómo surgen todos los hechos y mentiras, por qué si, es obvio que Pia miente, la conozco tan bien que se cuando miente y cuando dice la verdad.

Pero simplemente dejaré que ella se hunda sola, estoy tan arto de protegerla y poner sus intereses sobre los míos.

Ahora ya no puedo pensar en ella o en hacer feliz a mi familia, cuando posiblemente yo ya estaré formando la mía.

Una familia muy rara, sin una madre... solo mi hijo o hija y yo.

Una vez fuera del baño, me dedique a solamente observar a los presentes, mientras examinaba a cada uno.

A excepción de una, que claramente no quiero ni mirar de reojo.

Por simple vergüenza…

No puedo mírala a la cara, oyendo y sabiendo todo lo que pasa en el juicio.
Si antes no me daba vergüenza está situación, pues ahora sí…

Verla tan consternada por lo que pasó, y ver qué para ella es tan difícil, pero a la vez ver cuánta bronca tiene hacia Pia y hacia mi, me da mucho vergüenza.

Pero a la vez me da miedo, que me odie ella y con ella, mi hija o hijo.

No sabía por qué eso me aterraba, solo el hecho de pensarlo, genera un sabor amargo en mi paladar y se sentía un vacío en mi pecho.

Ana es una piba linda y agradable, podría ser una gran amiga, no sabía si mi miedo, era por ella o por mi hija o hijo.

Solo sabía que en este momento sentía mucha vergüenza.

Suspire fuertemente, saturado, avanzando delicadamente, arrastrando los pies, hasta llegar a las sillas de espera.

Una vez frente a ellas, me deje caer en una.

Aburrido saque mi celular, encendiendo la pantalla, dejándome ver cómo primer estancia una foto mía.

Faaa wacho, que perfecto soy…!

Una vez que desbloque el aparato, me dedique a ver Facebook, boludeando un rato.

Viendo cómo los dichosos chetos se divertían y publicaban fotos en esta red social, para presumirse en sus mansiones, yates privados, en los centros comerciales, etc.

Todo lo cotidiano para esta clase social, pero no para mí.

Lo único que quería en vez de estar acá era, estar con Camilo y Valentín, tomando un buen Fernet, o jugando a la play.

Pero sin en cambio, esos dos boludos estaban en un asado en la casa de una rubia, pasándola chill con los pibes, chapando a una que otra mina.

Y yo aquí muriendo de aburrimiento, en lo que los abogados, deliberan que es lo que se suponía que debían hacer…

Salí de Facebook aún más aburrido, suspirando pesadamente.

Guarde mi celular en uno de mis bolsillos delanteros, y levanté la mirada, nuevamente a todos los presentes.