Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜

Cap 45. 🌜

Ana.

—Que carajos buscas.?— pregunto Manuel, viéndome desordenar una y otras vez mi pieza.

—Mi zapatilla!.— solté frustrada y cansada de buscar por todos lados, mi otra zapatilla

Pero gracias a mi vientre, no podía agacharme como debería, ya que podría hacerme daño.

Por ende, no había podido buscar bien.

—Boludo ayúdame a buscar.— dije cansada y un poco agitada, parandome en una esquina de la pieza.

Era ya normal estar cansada y agotada por algún ejercicio no tan pesado, gracias a el embarazo.

Qsy, era como correr un maratón de 20 kilómetros sin una gota de agua, pero en vez del maratón eran unas escaleras y en vez de 20 kilómetros, eran tan solo 4 escalones.

Imagine lo, tan solo con eso, ya era suficiente para estar súper agitada y sudada.

Nadie me dijo que el embarazo era tan fastidioso...

—Y boluda, nose por qué tanto alboroto, si solo es una salida, como padres de un bebé.— reprochó mi amigo, saturado de mi intensidad

Habían pasado tres días desde la última vez que ví a Mateo, en aquel almuerzo de brochetas, y por si lo dudan obviamente acepte.

Y heme aquí estaba yo sin saber que ponerme ni como actuar delante de el, teniendo la poca ayuda de Manuel

Y si... era solo una salida casual, pero yo estaba vuelta loca.

No había ninguna duda, de que yo iba aceptar la salida con Mateo.

Es solo que, aún sus palabras retumban en mi cabeza, junto con su expresión nerviosa y su jugueteo "sutil" con sus pulseras, para no mostrar ese sentimiento.

No sabía de que forma tomar esos indicios.

Es decir, si fuera una salida común y corriente, yo no hallaba el por qué de sus nervios.

Me obligaba a mi misma a pensar que no eran nervios lo que percibía, si no simples ideas mías, a causa de mi soledad.

En el momento en que el morocho me hizo esa pregunta, una corriente electrica recorrió mi cuerpo, hasta llegar a mis pies.

Cómo si de miedo se tratase, y juro por mi madre que en ese momento la brocheta recién ingerida, quería salir, o así lo sentí yo.

Pero estoy 95% segura que es a causa del embarazo.

No quería caer en falsas ideas que solo dañaban mi futuro, además de que no tenía por qué hacermelas.

Por qué, no podemos negar que Mateo es atractivo, muy lindo a mi parecer, no es de negar, que sus lindos hoyuelos que se generaban cuando sonreí, lo hacían ver más tierno.

Tampoco era de negarse que su mirada penetrante e hipnotizante, es lo primero que vez en el, y que lo hace destacar, y ni hablar de su cabellera rulosa, que aún sin bañarse una semana entera, se sigue viendo magnífica.

Y bueno su mentón y barbilla, era otra cosa, remarcaba sus facciones de hombre, y sus clavículas que de vez en cuando se mostraban lo hacían ver imponente.