Cap 64. 🌜

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Ana

Acostados en mi sofá, viendo mi vieja tele, sin emitir sonidos algunos.

Yo con mis piernas estiradas y comiendo un sándwich de miga que le mando la señora Carmen a Mateo para mí.

Que por cierto estaba más que riquísimo, si bien ya era el cuarto o quinto que me comía, no me cansaba.

Según me contó Mateo la señora Carmen le estubo preguntando cada mañana, si vendría a verme, y hasta hoy el morocho le dijo que si, y según por lo que comento esa dulce señora inmediatamente se puso manos a la obra para hacerme está deliciosa merienda.

Owwwws más dulce...ya la amo.

—Ana...— hablo de la nada el morocho que hasta ahora se encontraba recostado en mi pecho, claro sin aplastar mi pequeño cuerpo y mi barriga. Sus brazos se pozan desde mi columna hasta mi ombligo rodeando por completo la panza de mi hijo o hija.

Repito, sin hacerle daño.

El pensaba que yo estaba jugando con su pelo, o querré decir la esponja que tiene en la cabeza, pero en realidad le estaba quitando las migajas de pan que caín, cada tanto que yo le daba una mordida al sandwich.

Pero claro no se lo iba a decir...

—Mmmh— emití un sonido para que supiera que lo estaba oyendo

El residente de Palermo dudo un momento en volver a hablar, pero después de un suspiro siguió —¿Vos qué querés que sea?— pregunto sin mucho contexto dejando confundida

—¿Eh?— sostuve desconcertada, dándole otra mordida al sandwich

—Si Ana, el bebé.... ¿Vos qué querés que sea?— rio levemente al verme tan confundida pero a la vez tan concentrada en mi comida.

—Ahhh...— acote simple, pero inmediatamente me puse a pensar a profundidad

Si bien no me había planteado que quería que fuera hasta ahora, supongo que la ilusión de un niño era más grande que de una niña, pero claro no lo estaba tomando enserio ni con entusiasmo, si no.

Es como si me pusiera a elegir que quería que fuese un hermanito nuevo qsy, nose si me doy a entender.

Para más fácil, era como una decisión al azar que no me afectaría y no por qué no me importara si no por qué con que este bien y sea feliz es igual.

—Pues creo que mientras nazca bien y sano, me basta.— respondí simple siendo sinsera

Mateo hizo una mueca que logré descifrar cómo ¿desilusión?, Antes de quedarse en silencio unos grandes minutos.

Esos minutos lograron ponerme los nervios de punta por su reacción

¿Acaso había dicho algo malo?

No creo... O nose.

¿Será que cree que no me importa?

—A mí me encantaría que fuese una niña.— después de esos largos minutos que parecieron eternos hablo nuevamente, y a su vez acariciando mi barriga lentamente

Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora