🌹Mikaelson🌹

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Don't go, please (Segunda parte)

Previamente:

Aquello fue como si alguien les hubiera arrojado una piedra en la cabeza. Los Mikaelson se quedaron de piedra mientras Kol me sostenía.

— ¿Q-Que?

— ¡¿A dónde?!

— ¡¿Cuándo?!

— ¡¿Por qué?!

Tantas preguntas y mi cerebro no conecta. Solo puedo contestar monótonamente, pero haré un esfuerzo.

— A Nueva York, mañana en la noche, porque mi madre lo ordenó.

Actualmente:

Ninguno reaccionaba. Sus caras estaban pálidas, más de lo normal. Sus ojos estaban fijos en mi, lo cual, hacía más difícil todo. 

— D-Debo i-irme. A-Adiós. 

Salí corriendo de ahí. Pensé que me seguirían, pero no lo hicieron. Al llegar a casa, sabía que me esperaba un sermón. Pero me sorprendieron aún más las palabras que salieron de la boca de madre.

— Empaca ahora mismo. Sales en la noche, en dos horas siendo exactos. 

— M-Mad...

Un golpe en mi mejilla me hizo voltear la cara y sollozar.

— No me vuelvas a llamar así. Ya no más. Esto será lo último que hago por ti. Te irás en dos horas, con el dinero suficiente para vivir tu vida como quieras. Ya no quiero volver a verte. 

Palabras suficientes para herir a una persona. Sin nada más que decir, salí corriendo a mi habitación y empecé a guardar todo.

Bella o Isabella no era mi madre. Ella solo me acogió por pedido de su hermano, mi padre. Murió hace años. ¿Causa? Un vampiro, pero Bella se esforzó en mantener eso en secreto. Demasiado tarde, yo vi a ese vampiro arrebatarle la vida a mi padre, pero nunca supe porqué me dejó ir sin borrarme la memoria ni nada. Tenía 10 años, pero aquel vampiro pelinegro nunca salió de mis recuerdos, porque había algo en él que hacía mi corazón latir. A pesar de saber que mató a mi padre, no puedo evitar que mi loco e inútil corazón lata por él cada que lo veo a escondidas de Bella. 

Ni siquiera tengo tiempo de pensar en como despedirme de todos, sobre todo de él. Mi mente está centrada en guardar todas mis cosas, porque soy consciente de que jamás volveré aquí. Mis lágrimas me impiden ver con claridad. Mi pecho se cierra, mi corazón no late con normalidad. El dolor que siento es el más grande de todos los que que sentido en años.

Ha pasado una hora y media, aproximadamente. Ya tengo todo listo, excepto eso. Quiero despedirme de ellos, sobre todo de él. Quizás sea la última vez que lo vea. 

Bajo de mi cuarto y veo a Bella sentada en la sala. Aunque sea, debo... Decirle adiós y gracias, creo. 

— Bella.

— Que?

— Lo siento, de verdad. Y gracias por cuidarme aunque no debías. Espero que seas feliz, a-adiós. 

No dejé que hablara. Salí de ahí lo más rápido que pude. Y me fui a aquella casa donde vivía el pelinegro. Sabía que no estaban, así que me metí a escondidas y dejé aquella carta en su mesa. No podía decirle adiós a la cara. Podía hacerlo con todos, menos con él. Aunque pensándolo bien, no puedo decirle adiós a ninguno. 

Agarré mi teléfono y le envié un mensaje privado a cada uno. A él, solo pude decirle unas pocas palabras.

Lo siento. En tu mesa, hay respuestas.

Era lo único. Todo lo que hubo, se había terminado. Sabía que podía cambiar de opinión y no irme, pero en mi alma, estaba el peso de que se lo debía a Bella. 

Ya había llegado al aeropuerto. Aquí se acababa. Lo que más amaba, se quedaba atrás. 

Decidí entrar, ya no había vuelta atrás. Fui al lugar donde debía abordar, cual lo vi. 

Ahí de pie. Buscando mis ojos con desesperación. Dos hombres impedían que él llegara a donde yo estaba y sabía que no se arriesgaría a ser descubierto porque había demasiada gente en ese lugar. 

Algo en mí se quebró. Verlo ahí, impotente, tratando de llegar a mí para evitar que me vaya, pero esa decisión ya estaba tomada. Me iría, aún cuando lo amaba. 

Solo me quedo voltear y continuar, porque tengo fe en que lo volveré a ver. 

Una vez ya sentada, solo puedo mirar por la ventana. Ahí está, parado en la ventana del lugar, completamente lejos de donde yo estoy, mirando el avión con frustración y desesperación. 

Recordé lo que le escribí en aquella carta y sonreí en medio de lágrimas. Pero en mi cabeza, solo había una promesa. 

Te prometo que regresaré, mi lindo pelinegro. Solo espérame, por favor. Aún así pasen días, meses, años, te juro que regresaré a ti. Esa es mi promesa para ti. 




¡Hola! Si lloraste, dímelo. Jijijiji. Soy cruel. No aclaré quien era el pelinegro y me he quedado con la duda si ya lo saben, jijijijiji... Perdón, soy cruel. Bueno, adivinan quien es? Dejamelo en los comentarios. Siempre los leo y me gustan sus comentarios. 

Los amo, gente bonita. 


PD: Si quieren tercera parte, también díganmelo. Yo siempre les hago caso(ok, no, pero la mayoría de veces si). Los espero.


One shots // Tvd [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora