🌹Mikaelson🌹

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Una promesa para ti (Cuarta parte)

Previamente...

Mi cuerpo no pudo sostenerme y me derrumbé. Mi caída lo alertó y se volteó, cuando sus ojos se cruzaron con los míos, ya no pude percibir nada. No sabía que podía estar cruzando esa cabeza o ese corazón.

Solo podía pensar en una cosa:

La promesa que me hice y le hice de regresar para estar con él, no la terminé rompiendo yo.

La rompió él. 

Actualmente...

No, no, no. Tenía que ser una mentira. Por favor, díganme que solo fue un maldito sueño y no la realidad. Por qué? 

— Hola! Tú eres...

La chica se levantó y se me acercó. Los hermanos me miraban expectantes, pero la mirada del pelinegro era aún más fuerte. Y aún más fuertes, mis sentimientos por él.

— N-Nadie. Una vieja... Amiga.

Mi voz sonó muy bajita y dolida. Tal parece que la chica se dio cuenta porque miró al pelinegro, quien en ese momento me estaba mirando y yo a él, por lo que la chica, a quien reconocí inmediatamente, frunció el ceño. 

— Amiga? 

— S-Sí. Lo siento por interrumpir, yo... Me voy, adiós.

Creo que los dejé con la boca abierta, pero ya no me importaba. De hecho, ya nada me importaba. Simplemente, quería que todo fuese una pesadilla, pero no lo era. 

En todo esto, solo pude pensar en aquella carta y en lo que viví con él. El día que lo conocí, que coincidió en el día, fecha y hora de la muerte de mis padres.

Íbamos de viaje hacia un lugar, el cual no sabía su nombre, ya solo quedaban unos kilómetros y llegaríamos, pero todo el día de viaje ya me cobraba factura y solo quería dormir. Pensé que estaría bien cerrar los ojos, aunque sea por dos minutos. 

Solo se escuchó un golpe seco y la gran frenada que hizo mi padre. Mis padres se bajaron desesperados del auto y yo me quedé dentro, hasta que escuché el grito de mi padre y a mi madre desesperada tratando de entrar al auto, cosa que no logró y yo solo pude verla desaparecer. Tenía miedo, me abrazaba a mi misma con fuerza, pero decidí bajar a ver que fue lo que pasó. 

Salí del auto despacio. Todo estaba oscuro, mi mamá y mi papá no estaban en ningún lado. 

— ¿Mami? ¿Papi?

No hubo respuesta. El silencio me asustaba y la oscuridad me envolvía, parecía que estaba en un cuento de terror. Miré a todos lados, nada ni nadie. Pero sentía una mirada sobre mí y di vueltas en ese lugar tratando de ver a alguien. 

En una de esas tantas vueltas, terminé en frente de una persona. Levanté asustada mi cabeza asustada, encontrándome con un muchacho de cabello negro, quien me miraba de manera curiosa, divertida y extraña.

— Hola. ¿Cómo te llamas?

Su voz era suave y, en cierto modo, reconfortante y profunda a la vez. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, al no saber quién era o si me ayudaría.

— T/n... M-Me l-llamo T-T/n.

El de pelo negro sonrió. 

— Lindo nombre. Ven, te llevaré al pueblo. ¿Qué haces sola a estas horas y en este lugar?

— Venía de v-viaje con m-mis p-papás. 

— ¿Y dónde están?

— Allá.

Señalé con mi mano el auto y el desconocido miró. Se mordió el labio y se agachó frente a mí. 

— ¿Ya no están ahí, no?

Negué. El pelinegro suspiró y me agarró del mentón, obligándome a mirarlo.

— ¿Te llevaré al pueblo, si? ¿Tienes algún familiar?

— S-Sí. M-Mi tía n-nos iba a h-hospedar. 

— Bien, te llevaré con ella. ¿Está bien?

— P-Pero... ¿Y mis papás?

— Luego regresarán, ¿si? Ven. 

Me alzó en sus brazos y yo me aferré a él. Me sentí aliviada y protegida, mientras el pelinegro acariciaba y besaba mi cabeza con cariño y delicadeza. 

— Vamos, pequeña. Te llevaré con tu tía. 

Empezó a caminar y yo solo me dejé llevar por ese hombre. 

Sonreí en medio de mi desconsuelo. Creó solo una fantasía y me engañó para cubrir lo que hizo y ayudarme, pero yo lo imaginé real y sigo pensando en que lo es. Sigo pensando en que en realidad lo hizo porque me vio tan solo una niña pequeña e indefensa, sigo pensando en que lo hizo porque quizás se encariñó conmigo. O quizás, sigo tratando de engañarme a mí misma. 

— T/n.

No, ya no. Que se acabe esta mierda. Ya no puedo y no debo seguir engañándome, porque no lo merezco. 

— ¿Qué?

— Mírame. 

Tomé aire y me voltee a verlo. Cuando vi sus ojos, la fuerza de voluntad que tenía se desvaneció, pero rápidamente pude recuperarla al recordar todo. 

— ¿Qué?

— ¿Cómo estás aquí? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué estás aquí?

— ¿Cómo? En un avión. ¿Qué? Quise verlos de nuevo. ¿Por qué? Porque quería cumplir una promesa que hice. Pero creo que ya es tarde, ¿no?

— T/n, no...

— No quiero que digas nada. Pasaron 6 años. Imagino que parezco una idiota y una ilusa por pensar que todavía me querías o que me esperarías. Y sí, yo misma reconozco que soy una idiota y una ilusa por pensarlo, pero ya no me importa. Sigue con tu vida y yo con la mía. Mañana mismo saco mi boleto para regresar a Nueva York.

Fue lo último que dije, me di media vuelta antes de que viera como esas palabras me destruían. Preferí irme antes de que viera que solo su mirada era capaz de destruirme. 

— Ángel, espera.

Me volteo y lo veo de pie a mi lado. ¿Por qué? ¿Por qué es tan difícil?

— ¿Qué?

— No te vuelvas a ir, por favor. 

— Esa es mi decisión. 

— Por favor, no nos dejes de nuevo. Nos prometiste que volverías y te quedarías. Sobre todo a mí.

Me quedé quieta. ¿Que hago? Sé que se los prometí, pero... Él también está aquí y no lo soportaría. Pero también están mis amigos, los Salvatore, los Mikaelson, Gilbert, Donovan, Lockwood. Pasaron años, pero aún hablo con ellos. 

¿Por qué habría de irme? ¿Solo por un sueño roto?

No, no me dejaría derrotar tan fácil.

Sonreí y lo miré—. Tienes razón, se los prometí. Me quedaré. 





¡Hola! Actualizaciones diarias, ni yo me lo creo jijiji. Bueno, aquí tienen su cuarta parte(si piden quinta parte, ya mejor pídanme historia aparte, okno) O depende de ustedes, yo hago caso, a veces. 

Me despido y besos, los amo. Bye bye. 

One shots // Tvd [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora