036: Soonyoung 2/2

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¿Acaso había escuchado mal?

Hyejin.

Después de que Joshua se presentará en su oficina, su jefe simplemente se fue de ahí dejándole un enorme hueco en la cabeza.

No había manera de que fuera ella ¿Verdad?
Sus estadísticas desde un inicio había sido negativo, hasta ese día todo eran ceros en su totalidad, únicamente había un uno y eso era porque el chico realmente tenía sus esperanzas. Pero eso... no podía ser. Tal vez solo se estaba equivocado, existían muchas personas con el mismo nombre, no había manera de que Hyejin, la esposa de su jefe, fuera esa Hyejin... Su Hyejin.

Ah, todo era tan confuso y jodidamente molesto para su cabeza. No quería llevarse sorpresas, no quería que su mundo se derrumbara en ese momento. Su vida estaba bien así, no la necesitaba de vuelta porque no tenía el suficiente valor para mirarla al rostro.

Solo si fuera ella, aún no estaba nada confirmado. Aún así su corazón no podía estar tranquilo...

Aunque, había un punto que lo hacía dudar. Las margaritas. ¿Cuánta probabilidad hay de que la esposa de tu jefe se llame igual que el amor de tu vida y que tenga los mismos gustos por las flores? Muchas. Había muchas probabilidades de que fueran solo coincidencias, pero también habían muchas posibilidades de que fueran la misma persona.

¿Tenía que alarmarse?

Ya lo estaba haciendo.

Soonyoung se sintió mareado, tal vez porque estaba desesperado, nervioso, con miedo y molesto, todos esos sentimientos revueltos. Seguramente por eso se sentía como una basura, o tal vez era el hecho de haber escuchado ese nombre tan especial en su vida.

El tiempo nunca se detuvo, Soonyoung quizo lanzar lejos todos los relojes que habían en su oficina, estaba cansado y frustrado de ver cómo las manecillas se acercaban cada vez más a la hora en que llegaría... ella.

Hacer ejercicios de respiración no era suficiente. Necesitaba algo más potente y eficaz, porque si no terminaría llendo al hospital de un paro cardíaco.

Que vergonzoso sería que la esposa de su jefe resultará ser otra persona totalmente distinta. Soonyoung quedaría como un payaso por hacerle tantos dramas a una persona que ni siquiera era quien creía.

Ah, tantas cosas en su cabeza... por favor, que se abriera un agujero en el techo y se lo tragara lanzandolo a otra dimensión. Sería como ganar la lotería.

Lo necesitaba.

Alguien tocó la puerta de su oficina, Soonyoung pego un brinco, de no ser porque estaba sostenido de la silla hubiera caído al suelo desmayado.

Con sus manos temblorosas acomodó su cabello, estaba tan desastroso que parecía haber hecho cosas extrañas ahí dentro.

¿Quién era? no preguntaría. La silueta era tan obvia.

Tenía que tranquilizarse por una jodida vez, no podía ponerse así... no, maldita sea, no podía. Era patético y lo dejaba como un loco desesperado.

¿Pero como tranquilizaba a su corazón? Una buena idea era desconectarlo, pero eso sería matarse... simplemente...

—Respira... Kwon Soonyoung, respira.

Tocaron una vez más, se percató en seguida de que estaba tardando mucho en atender, eso sí dejaría mal vista su imagen. Aún con el corazón en la mano, abrió la puerta encontrandose con el perfecto rostro de su jefe, un rostro tan pacífico que quizo lanzarle un buen golpe para que se exaltara tanto como él. ¿Porqué no podía mantenerse tan a la raya como Joshua?

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora