064: Jeonghan

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Jeonghan no creía en el amor a primera vista, no confiaba en las relaciones a distancia ni tampoco se tomaba enserio las relaciones no relaciones de "amigos con derechos". Jeonghan era una persona simple, le gustaban las cosas limpias y tranquilas, siempre estaba en busca de situaciones que pudieran regalarle un poco de tranquilidad a su vida repleta de desastres, se consideraba una persona introvertida y con cientos de problemas que jamás podía resolver. Su vida era simplemente una porquería.

Yoon Jeonghan era el tipo de personas que disfruta de dormir por largas horas esperando poder olvidarse de sus problemas tan solo por un momento. Es el tipo de personas que prefiere comer helado enmedio de la nieve y el frío del invierno sin importarle que en el futuro atrape un resfriado o algo más grave, es el tipo de personas que jamás va a darte la razón y que sabrá cómo acorralarte fácilmente en una situación que crees estar ganando.

Yoon Jeonghan solo era otro cobarde más en un mundo lleno de valientes falsos, escondidos tras una maldita máscara de hombría, pero que en realidad están escondidos detrás de las faldas de sus madres esperando a que éstas los defiendan y luego decir que por ellos mismos ganaron la pelea.


Yoon Jeonghan odiaba enamorarse de una mujer y luego reprimir sus sentimientos, esconderlos en un maldito armario y dejarlos encerrados ahí por años hasta que su falsa valentía de hombre idiota les permite salir, pero en el momento equivocado, porque aquella chica se cansó de no ser correspondida y mejor se fue en busca de otro galán que sea capaz de aceptar su corazón.

Yoon Jeonghan... Yoon Jeonghan... Yoon Jeonghan... Yoon Jeonghan se había enamorado otra vez, y estaba dispuesto a perderlo todo, porque odiaba ganar sin antes haber obtenido una batalla consigo mismo.

-Yoon... ¿Estás escuchandome? -Preguntó Hyejin, su compañera de mesa.

El peli-negro giró a mirarla, ella acomodaba sus lentes de forma lenta mientras bebía de su té con total tranquilidad, la revista científica aún permanecía en sus manos con la página diez a la vista. Jeonghan suspiró, no, no la estaba escuchando porque tenía cosas mejores en las que pensar antes que escuchar aburridas lecciones de como los científicos descubrieron la posible vida en Marte, solo eran tonterías y habladurías que lo aburrían demasiado. ¿Para qué viviría el ser humano en Marte? quizás para destruirlo como lo estaban haciendo con la tierra... patético.

Jeonghan permaneció con la mirada puesta sobre Hyejin, pensando en cómo había logrado meterse con alguien tan aburrida como ella. Solo hablaba sobre ciencia y sobre malditas lecciones de vida que no le funcionaban en lo más mínimo, solo eran palabras que entraban por su oído derecho y salían por el izquierdo.

Admitía que la chica era bonita, sus ojos resaltaban, pero nada más. No había algo en ella que pudieran interesarle, solo habían libros y más libros de ciencia... tan aburrido.

Jeonghan se preguntó si su vida lucía igual de aburrida... no, definitivamente no. En comparación con Hyejin...

-Te decía que hace cuatro...

-Lo siento, no tengo tiempo para esas cosas ahora... -Murmuró con molestia interrumpiendo las palabras de la chica y levantándose de la mesa. Hyejin lo miró pero luego desvió su mirada tal vez igual de molesta.

-Eres un idiota... -Expresó con una mueca de desagrado en su rostro. Jeonghan río con sarcasmo. -Un completo idiota...

Claro que sí, Jeonghan era un completo idiota. Pero no lo admitiría frente a Hyejin. Solo quería irse de ahí.

-El mundo está lleno de idiotas. Deberías saberlo, la maldita ciencia ya tuvo que haberlo admitido ¿No lo crees? -Sostuvo sus palabras con seriedad.

-La porquería necesita un nombre y un rostro... curiosamente se llama Yoon Jeonghan y se parece a tí. -Escupió con sarcasmo. Jeonghan quizo no ofenderse, y no lo hizo.

-Como sea, me largo... -Dijo.

-¿Entonces para qué me invitaste a tomar un maldito café? -Cuestionó molesta.

¿Por qué lo había hecho? si, porque era un completo idiota.

-Ni siquiera has bebido café, eres tan aburrida como ese té que tienes enfrente. -Sonrió. -No te preocupes, yo pagaré. -Anunció amargamente. No le agradaba la idea de gastar dinero en chicas, si nunca lo hacía por el mismo... pero tampoco era tan irrespetuoso.

El peli-negro simplemente botó un par de billetes en la mesa, Hyejin bufó cerrando su revista de ciencias y quitándose los lentes, permitiendo que su cabello negro y ondeado siendo sostenido por una pequeña liga de color negro callera entre sus hombros siendo liberado, quitándose el saco de color café oscuro dejándolo que descanse en la parte trasera de la silla.

Jeonghan no la miró más él solo se fué, sin despedirse... porque no tenía tiempo para eso.

No tenía tiempo para el amor.

Próximamente...

-.-

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora