071: Jun

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-¿Por qué tenemos que terminar? -Preguntó al viento, aunque realmente la pregunta iba dirigida a Jun, obviamente.

El silencio se mantuvo por largos y eternos minutos, además de horas atrás en las que se habían encontrado y solo habían permanecido en un incómodo lumbral con la falsa tranquilidad en sus respiraciones.

El clima era tempestal, el cielo parecía querer caerse sobre de ellos dos. Con relámpagos que alumbraban el mundo entero pero que no era capaz de iluminar aquel punto oscuro en el que Hyejin permanecía, aquel rincón opaco en dónde Jun la había arrastrado. Las aves ya había huido en cuanto aparecieron las luces retumbantes del cielo, los autos habían dejado de aparecer por las firmes carreteras y las personas simplemente se habían extinto.

Solo eran Jun y Hyejin.

Luego de varias declaraciones y palabras que ensuciaban el alma, luego de una oración que es capaz de destruirte por completo, Hyejin encontró el valor para preguntar aquello que parecía impertinente en su situación, pero que en realidad era la pieza del rompecabezas que haría que se destruyera por completo.

Pero el vago silencio apareció y la pregunta solo permanecía ahí, en el aire esperando a que la respondieran, pero a caso ¿lo harían en algún momento?

Al parecer Jun no tenía interés en responder todas sus preguntas así que lo más prudente era olvidar y dejar que las cosas pasaran como tuvieran que pasar. Pero el tema era tan importante que no era posible dejarlo ir, al menos no para Hyejin.

Así que con valor, Hyejin se atrevió a preguntar una vez más.

-¿Por qué tenemos que terminar?

El viento sopló con fuerza pero la vos de la chica fue tan clara y sería que sus palabras no pudieron ser arrastradas por la brisa.

Hyejin jamás volteo, jamás encaró a Jun, porque no era necesario. Con tener su alma detrás suyo era suficiente para saber que estaba ahí, no había necesidad de compartir miradas. Solo el uso de las palabras era la forma de expresar todo su sentir, porque ahora su cuerpo era tan inexpresivo como aquellas estatuas de gargolas que adornaban las tiendas de antigüedades.

Tan inertes y fríos, como los muertos.

Pero su alma seguia tan cálida, eso les recordaba que por dentro seguían vivos.

Al menos por ese momento.

-No. -Fue la respuesta que llegó ante la pregunta.

¿No? Jun a veces no era muy claro con sus palabras. "No" era una palabra que jamás debió de existir en el vocabulario de Hyejin.

No tenía sentido decir no.

-¿No, qué? -Preguntó permaneciendo inerte con la mirada al frente.

El cielo se iluminó y tembló advirtiendo que pronto se derrumbaría, pero Hyejin no alcanzo a tocar la luz. Mucho menos la advertencia.

-No eres tú, soy yo. -Escuchó escupir de los labios ajenos. Jun se escuchaba tan idiota al decir esas cosas.

Hyejin quizo reír ¿cuántas veces había escuchado esa frase ya? no precisamente iban dirigidas a ella pero ¿esa frase no era tan común y recurrente en todo el mundo? Simplemente Jun era tan patético al reciclar palabras que ya no cumplían con surtir bien su efecto. En realidad eran palabras contradictorias.

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora