𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚

027: Joshua

¿Porqué era tan imposible para el chico acercarse a la joven pelinegra?

Quizás era porque siempre se encontraba rodeada de hombres guapos y adinerados, o quizás porque no tenía ningún regalo para ofrecerle. ¿Era tan necesario llevar un presente para poder conversar con la chica unos minutos?

Joshua no tenía ni siquiera para mantenerse vivo ¿Porqué tendría que gastar sus pocos centavos en una mujer que solo veía a los hombres como una fuente de dinero?

El estadounidense era un poco ingenuo, estaba tan enamorado de aquella chica pelinegra que no le importaba gastar su dinero en un regalo para poder acercarse a ella.

Y aunque sabía que lo rechazaría porque no era una persona con la que pudiera estar, quería intentarlo, porque era más grande su ilusión que cualquier obstáculo. Joshua quería verla de cerca y mantenerse unos momentos a su lado, pedía al cielo que Hyejin lo amase a pesar de ser un chico pobre.

Y entre tanta esperanza, en un invierno Joshua había trabajado duro para conseguir un poco de dinero y comprarle a la princesa un hermoso collar de plata que había visto en alguna tienda. Se sentía emocionado y un poco asustado a la vez, no tenía miedo de quedar empeñado en la tienda por el costoso collar, no, por eso había trabajado día y noche para conseguir el dinero justo al precio de la joya.

Lo que él temía era a lo que pasaría en cuanto el regalo estuviera en las manos de la dulce princesa, que siempre se mantenía somnolienta esperando la llegada de más regalos y más dinero.

Joshua le temía al rechazo y a la humillación pero aún con todo ese temor decidió hacerlo. Iría con la hermosa princesa para conquistarla, aunque esto fuese totalmente imposible, el joven castaño, no perdía las esperanzas.

Después de un largo tiempo, Joshua vistió con su mejor ropa y se dirigió al palacio del Rey y la Reyna dónde se mantenía aquella princesa de la cual estaba locamente enamorado.

El castaño sujetó con fuerzas el collar que estaba dentro de una caja de terciopelo rojo, soltó un suspiro y camino intentando mantener sus nervios y pensando en lo que diría en cuanto estuviera frente a la princesa.

Quizás no era el más guapo, quizás no tenía el dinero ni el nivel suficiente. Pero Joshua, tenía lo más importante; un gran corazón lleno de humildad.

Eso valía más que mil regalos y más que mil hombres interesados en heredar el trono. Joshua no estaba ahí por interés, él estaba ahí por amor.

Se había enamorado de una princesa intocable.

Aún si el fuera un principe sin corona, haría lo posible para poder estar junto a esa mujer tan hermosa.

Cuando Joshua llegó al palacio era igual que todos los días. Lleno de hombres bien vestidos y con regalos tan caros que de tan solo verlos el joven quería volver a casa avergonzado por su tan pequeña cajita que aún mantenía en sus manos.

Se golpeó mentalmente, Joshua había trabajado tan duro como para Simplemente darse la vuelta. Él no era un cobarde, aún si era rechazado, Joshua daría la cara y cumpliría con su promesa.

Aún si le escupían en la cara por ser pobre; él seguiría de pie intentando robar el corazón de Hyejin.

—¿Viene a ver a la princesa? —Cuestionó un escolta con mirada sería. Joshua asintió.

La mirada del hombre lo recorrió de pies a cabeza y después lo dejo pasar dejando en claro su molestia y su indiferencia. Joshua suspiró con tristeza ¿Como lo miraría la princesa cuando se presentará frente a ella? ¿le dedicaría una cruel mirada de odio y asco?