Hyejin se sentó frente su escritorio mientras dejaba una botella de té sobre la mesa, arreglo su computadora frente a ella y con el reflejo de esta misma manteniéndose apagada, reafirmó su peinado y acomodo la corbata de su uniforme. Acercó su cuaderno de apuntes y algunos lapiceros junto con un lápiz y una goma.
La chica pelinegra miró el reloj que colgaba de la pared frente a ella y cuando dieron las siete cincuenta de la mañana prendió su computadora e ingreso al link para sus clases en línea.
Después de muchos meses de pandemia (dos años y más) y de muchos meses de clases virtuales, nuevamente comenzaban las jornadas escolares, luego de unas semanas de vacaciones. Según el presidente, ya se podían volver a las escuelas para tomar clases presenciales pero Hyejin había elegido continuar por línea ya que no quería contraer el virus ni quería contagiar a su familia, además de que era en la comodidad de su casa y podía hacer lo que se le diera la gana. También porque su mejor amigo había decido continuar en línea, solo por eso ella tomo la misma decisión, ya que si no se verían en persona entonces lo harían por una pantalla y ninguno de los dos saldría perdiendo.
Sería un año bastante estresante para la chica, porque sinceramente no aprendía nada con las clases por la dichosa zoom, pero sin duda sería divertido si estaría su único y mejor amigo.
Cuando esos dos se juntaban pasaban cosas lejendarias. Y totalmente desastrosas.
Hyejin ya se había unido a las clases de zoom, había sido la primera en llegar remarcando que aunque odiara la escuela siempre era puntual. Pero más en aquella ocasión, porque había algo detrás de su responsabilidad.
—Vamos, vamos. —Exhalo la chica apagando su micrófono para que nadie escuchará cualquier sonido raro proveniente de su habitación. Y también para que no escucharán su plan.
Cuando el reloj marco las siete cincuenta y siete de la mañana, ya todos los alumnos estaban presentes, algunos despeinados, otros con la saliva hasta el cuello. Unos con traje como si fuera la boda, otros en pijama y los que aún estaban en la cama. Finalmente los normales. Todos esperando para que se uniera el profesor y comenzarán la clase.
Pero entre toda esa variedad de alumnos, Hyejin no encontró a uno... el más importante, la cereza del pastel, la otra mitad de la naranja, el interruptor del baño, la leche para el cereal.
Realmente el alumno más importante en su cabeza.
—Xu Minghao... ¿dónde estás? —Dijo con una muca acercándose más a la pantalla mirando cada rostro horrible que estaba en la clase.
Realmente si había de todo, pero no estaba él. No estaba su mejor amigo Minghao. ¿Porqué demonios no estaba conectado ya a la clase? ¿Acaso se había olvidado? Hyejin había llegado puntual solo por él, pero así le pagaba.
Xu Minghao, Minghao, o como Hyejin lo llamaba "The8" era amigo de la pelinegra desde que habían entrado a la secundaria. Hyejin se había acercado, en aquel entonces, al chico bonito de cabello negro con corte de mullet, se había acercado a él porque estaba muy solo en la mesa de la secundaria y porque realmente ella tampoco tenía amigos. Resultó que eran muy compatibles en muchas cosas, tenían el mismo gusto por el arte, por el baile y por muchas cosas más. Hyejin realmente se sorprendió cuando se enteró de que Minghao era su vecino y que la señora de la cual tanto hablaba su madre era la progenitora del chico. Después de tanto tiempo se convirtieron en amigos, en mejores amigos.
Y cuando la pandemia comenzó, los dos se pusieron muy tristes porque tenían que separarse, aunque vivieran frente la casa del otro.
Por eso Hyejin se preguntaba la razón de porque Minghao no estaba en la clase, no faltaba mucho para comenzar, literalmente un minuto, pero ese chico no aparecía.
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𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚
Fanfictionㅤㅤㅤㅤ( 𝙁𝙄𝙉𝘼𝙇𝙄𝙕𝘼𝘿𝘼 ) 𝙝𝙩𝙩𝙥𝙨://𝙨𝙫𝙩𝙖𝙩𝙩𝙖𝙘𝙘𝙖.𝙞𝙢𝙖𝙜𝙞𝙣𝙖𝙨.𝙘𝙤𝙢 𔓘𝘼𝙏𝙏𝘼𝘾𝘾𝘼; 𝙚𝙨𝙘𝙚𝙣𝙖𝙧𝙞𝙤𝙨 𝙛𝙞𝙘𝙩𝙞𝙘𝙞𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙞𝙚𝙢𝙗𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙀𝙑𝙀𝙉𝙏𝙀𝙀𝙉. 𔓘𝗘𝘀𝘁𝗲 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗼 𝗡𝗢 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗜𝗘𝗡𝗘...