075: Soonyoung Prt2

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Hyejin suspiró llevándose una mano al rostro. Jinnie llevaba llorando hace más de diez minutos, no encontraba la manera de tranquilizarla. Ya le había dado de comer, le había cambiado el pañal, le había dejado andar en la andadera y había intentado jugar con ella, pero todo era en vano.

Jinnie no paraba de llorar.

El tiempo había pasado rápido, ya había pasado una semana desde que Soonyoung se había ido, ya habían pasado tres días en los que tuvo que comenzar su terrible guerra.

Era viernes por la tarde, Hyejin hasta ese momento no había recibido algún correo o algo que le dijera lo que había pasado con Soonyoung. Si aún seguía vivo en el campo de batalla o si él...

Sinceramente la mujer no sabía cómo sentirse, una semana sin alguna información acerca de su esposo la ponía nerviosa pero a la vez en su corazón crecía una sensación extraña, inexplicable.

En los últimos días las cosas habían cambiado en casa. Empezando por la inmensa tristeza que Jinnie sentía al no ver a su papá. Desde que él se había marchado la bebé se había dedicado a solo llorar mientras que lo buscaba con la mirada, creyendo y esperando que en algún momento aparecería para abrazarla y jugar con ella. Pero no era así, su pequeña hija sentía la ausencia de su padre todos los días y comenzaba a ser doloroso para Hyejin también.

Cómo en ese momento, Jinnie no paraba de llorar porque se esmeraba en buscar a su padre por alguna parte, y aunque sonara sorprendente, Jinnie no había dicho su primer palabra, no hasta que Soonyoung se fué y la primer palabra que dijo fue "papá".

En medio del llanto Jinnie buscaba a papá gritándo, llamándolo. Pero Soonyoung... no, Hyejin no sabía que era lo que había pasado con él.

El clima parecía burlarse de ellas, porque era tan cálido, tan alegre y tan brillante. Mientras que Hyejin no encontraba la manera de detener a su tormento, mientras que cientos de familias esperan con fé la llegada de aquellos soldados o alguna información acerca de sus vidas. La naturaleza se burlaba de ellos, en forma de venganza por todo el daño que los humanos le han hecho ¿No es así?

Las aves cantaban alegres, al compás de alegría en el clima.

Hyejin no podía sentirse igual de feliz y se preguntaba cómo era que allá afuera todo estuviera tan tranquilo. Como si algo bueno fuera a pasar.

Quizás aquí la única negativa era la peli-negra.

—Cariño, ven aquí. —Hyejin llamó a Jinnie para que volviera a la sala con ella, se había ido hasta la cocina.

La bebé volvió tiempo después, ella ya no lloraba, solo tenía una mueca triste en su rostro.

—¿Qué hacías en la cocina? —Le cuestionó sacándola de la andadera.

—Pa...pá. —Balbuceo en respuesta la pequeña Jinnie.

Hyejin suspiró mordiendo su labio mientras abrazaba con fuerzas el cuerpecito de su bebé. 

—¿Extrañas a papá? —Preguntó. Jinnie la miró con los ojitos llorosos. Hyejin asintió sintiendo su pecho contraerse con dolor. —Lo sé, yo también lo extraño.

Una lágrima corrió por su mejilla, dos, tres... cuatro, cinco.

Jinnie volvió a la andadera mientras que Hyejin se iba a un rincón para poder llorar tranquila. Tenía miedo, mucho miedo. No sabría que hacer si una carta le llegase diciéndole cosas que no quería imaginar. Hyejin quería que volviera Soonyoung, quería verlo de nuevo, poder abrazarlo y besarlo, vivir con plenitud a su lado. Quería ver a Jinnie feliz junto a papá, quería verlos jugar y reírse juntos, anhelaba poder estar junto a Soonyoung para ver cómo su hija crecía, quería poder amarlo y permitir que la amará. Sobre todo, Hyejin quería ver la reacción de Soonyoung cuando supiera que la primer palabra de su única hija había sido "papá".

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora