083: Corto especial

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Los chicos habían comenzado con su descanso desde hace exactamente un día pero para ser honestos Seokmin y Soonyoung ya estaban lo suficientemente aburridos como para tener tantas ideas de actividades para realizar.

—Hyung ¿Cómo apagó esto? —se cuestionó Seokmin mirando a los ojos a su compañero. —¿Presionó el mismo botón con la que lo encendí?

Soonyoung negó levantando ambos hombros aclarando no saber.

—Debe apagarse sola... Supongo

Ambos chicos miraron la lavandería con mucha curiosidad, ninguno sabía cómo apagar la llave de dónde salía toda el agua. ¿Porqué si no sabían utilizar una lavadora estaban lavando? Solo querían hacerlo.

—Bien, entonces ¿Nos vamos? —propuso el mismo Soonyoung dándose media vuelta sin despegar la vista de la lavadora que seguía llenándose con el agua de la llave.

Seokmin asintió no del todo seguro, bajó del pequeño banco y siguió a Soonyoung quien ya había salido del reducido cuarto de lavandería.

Ambos se fueron, dejando la llave del agua abierta, como si por obra de arte el grifo fuera a cerrarse solo o como si el agua no fuera capaz de llenar aquel pequeño espacio donde se lavaba la ropa. Pero estaba más que claro que las tragedias sucederían en el momento que decidieron dejar la llave abierta, la lavadora ya no tenía más espacio para guardar el líquido así que comenzó a salirse por pequeñas cantidades empapando el suelo con azulejos de colores blancos y negros.

Cómo no lo predijo alguno de los dos.

En cuestión de minutos el cuarto de lavandería se había convertido en un río —sin exagerar,— dejando escapar pequeñas canditafed de agua por cada rincón de la puerta, que por suerte y no tan inteligente de su parte, decidieron cerrar.

El caos parecía resguardarse en aquella habitación pequeña puesto que la puerta permanecía cerrada aún, pero no cabía duda que en algún momento todo aquello que comenzaba a acumularse ansioso por salir, saldría en malas manos.  Para ese entonces Soonyoung y Seokmin ya se encontraban más que entretenidos jugando a la Playstation sin tener la más remota idea de lo que estaba por pasar. 

Por otro lado, un adormilado Woozi caminaba a la lavandería después de recordar que debía  lavar sus gorras que habían estado acumulando polvo desde no se sabe cuántos meses. Con inocencia y sin algún mal presentimiento se dirigió a aquel lugar donde esperaba el problema, y cuando estuvo a punto de llegar sintió el líquido correr por sus pies, un líquido frío y con una poca vista de burbujas.

Woozi miró confundido el suelo pero pocos segundos después reaccionó, enterándose por fin de que algo malo sucedería después.

Woozi camino hasta la puerta del pequeño cuarto y sin pensarlo mucho pero igual con miedo, abrió esta misma, esperando tener solo una confusión al ver tan poco líquido pero en realidad termino siendo golpeado por una gran ola de agua con sabor a jabón blanca nieves, y auque se resistió, la gran ola logró que su diminuto cuerpo fuera tumbado y ondeado con facilidad por el agua que salía sin parar.

Entonces gritó;

—¡Me ahogó, alguien auxilio! —su voz salió más aguda de lo normal, sus piernas se movieron con insistencia mientras que sus brazos simulaban nadar. Nadie llegó. —¡Auxilio!

Gritó una vez más pero ahora sintiendo como el agua se introducia en sus pulmones, ahogandose. Tardaron unos segundos en responder a sus auxilios  hasta que por fin apareció  Seungcheol para salvarlo de toda el líquido que lo hacía tambalear.

—¡Estoy muriendo! Seungcheol llámale a mi madre y dile que la amo, que siempre la llevaré en mi corazón. ¡Sigan sin mí! En mi libreto les dejo miles de canciones... Avísale a todos que los amo, hasta nunca —expreso con notable drama. ¿Ustedes se esperaban una reacción así de Jihoon? yo no, y Seungcheol mucho menos.

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora