Bombardeo

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El plan alemán contaba con objetivos por fechas para el desplazamiento del 1,5 millones de soldados. Se preveía que en seis semanas, según un meticuloso calendario que calculaba etapa por etapa, se sometería a Francia; luego, las tropas se dirigirían rápido hacia el frente oriental. El plan se fundamentaba en la brevedad, sin estimar los problemas que pudieran surgir sobre el terreno o la dificultad política que conllevaba la invasión de terceros países. Según la previsión alemana, mientras la operación se realizara de forma concisa no habría tiempo de reacción, pero en el caso de una prolongada invasión de Bélgica habría consecuencias políticas

Era evidente que los movimientos tácticos tradicionales no estaban en consonancia con los retos presentados por la tecnología. Entre los teóricos clásicos, se entendía como método de avance un intenso bombardeo en las defensas enemigas, seguido por un asalto masivo de infantería. Este modus operandi conllevaba un alto número de bajas y resultaba deficiente puesto que el bombardeo advertía del lugar que iba a recibir el posterior ataque. En la ofensiva sobre Somme, los ingleses arrojaron un millón y medio de proyectiles durante una semana, luego catorce divisiones inglesas se abalanzaron sobre las líneas alemanas.

Cuando los ingleses se encontraban a

100 metros de su objetivo, las líneas alemanas escupieron una incesante lluvia de proyectiles. Solo una decena de ingleses alcanzaron las trincheras. Por el camino quedaron 19.240 muertos, 35.493 heridos y 2.152 desaparecidos. Únicamente la pertinaz insistencia inglesa permitió una victoria a los puntos en los siguientes días. Tras concentrar sus ataques en objetivos limitados, los británicos. comenzaron a causar un lento goteo de bajas entre los alemanes.

...

Aquélla fue la primera y última vez que viví una parte de la guerra como algo real, con el dolor natural que siente una persona a la que le arrebatan algo que luego es destruido. Ya durante el camino de vuelta todo empezó a cambiar, volviéndose más emocionante, más arriesgado... más festivo.
El viaje en tren no duró doce horas, como siempre, sino mucho más...
Hubo paradas continuas, nos cruzamos con trenes llenos de soldados y cada vez que pasaba uno, todos se precipitaban hacia las ventanillas con saludos y gritos estrepitosos.

No tuvimos un compartimento para nosotros solos, como solía ser habitual cuando viajábamos, sino que íbamos en los pasillos de pie o sentados sobre nuestras maletas, apretujados entre mucha gente que cotorreaba y hablaba sin parar, como si no fueran extraños, sino viejos conocidos. De lo que más hablaban era de espías. En aquel viaje lo aprendí todo sobre el arriesgado oficio de los espías, de quienes no había oído hablar jamás.

Cruzamos todos los puentes muy despacio y, al atravesar cada uno de ellos, yo sentía un escalofrío: ipudiera ser que un espía hubiese puesto una bomba debajo del puente!

Era medianoche cuando llegamos a Austria.

¡Nunca me había quedado despierto hasta tan tarde!

Los ingleses durante la noche, bombardeaban las carreteras violentamente. Habia una bateria de piezas de marina que lo exasperaba. Conocia los obuses por su baja trayectoria. Se oia la detonación, y el silbido seguia inmediatamente. En general disparaban

dos cañones a la vez, uno tras otro, y los cascos eran enormes. Me enseñó uno, un trozo de metal pulido y dentado que tenia más de un pie de largo. Parecia metal antifricción.

-No creo que sean muy eficaces -dijo Gino-, pero me dan miedo. Siempre parece que te caen encima. Primero se oye la detonación y en seguida el silbido y la explosión. ¿Qué importa
que no te hieran si te mueres de miedo?

Dijo que habia croatas en las trincheras de enfrente y también algunos magiares. Nuestras tropas aún conservaban las posiciones de ataque. podia decirse que no había alambradas

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