El Bar

479 45 24
                                    

Unas semanas después, en los dormitorios, se estaba armando una pequeña discusión. Dos soldados disputaban la fotografía, de una jovencita no mayor a diecisiete años. La foto, aunque en blanco y negro, daba la apariencia de que el cabello de la doncella era rubio y sus ojos eran claros – ¿Cómo es posible que mi hermana, te haya dado su foto favorita? – cuestionaba el más molesto.

– Ya te dije, estoy cortejando a Judy – Respondió su interlocutor, sujetando con firmeza la foto – Le escribiré cartas, y cuando termine la guerra, me declarare formalmente.

– ¡Mentira! – Con fastidio, el primero, de nombre Angus Howland, trata de arrebatarle la fotografía – Mi hermana me cuenta todo, ella me habría pedido permiso de salir contigo.

Los demás reclutas veían entretenidos, como ambos discutían por una simple foto. En el forcejeo, la fotografía salió volando, cayendo a los pies de Neil. Este se inclinó y con cuidado, tomo la fotografía – ¡Oye Leagan! – Exigió el joven pretendiente, de nombre Johnny Bullock – ¡Devuélveme esa foto, antes de que el idiota de mi cuñado, me la quite! – ¿A quién le llamas cuñado?

Mientras los dos se sujetaban, Neil revisaba con atención la imagen plasmada en el papel. Para su desdicha, la chica le recordaba a Candy – Cabellos rubios ondulados, ojos claros – De repente, sintió como el gran odio desde el fondo de su ser, se elevaba cual espuma de cerveza – ¿Y para que quieren la foto de una chica tan fea? – pregunto con burla y acidez.

Ambos contendientes detuvieron su lucha – ¿Cómo te atreves? – ¡Repite eso y verás! – protestaron ofendidos y se apresuraron hacia él. Neil sin más, rompió la fotografía en varias partes; de la misma manera, que había roto el boleto de Candy en el teatro.

– ¡¿Cómo pudiste?! – Angus se hincó para recoger los pedazos que cayeron. En tanto Johnny, enfurecido, lo tomo de las ropas y lo golpeo contra la pared – ¡Eres un malnacido! ¡¿Por qué rompiste la fotografía?!

– Te hice un favor – Responde Neil con cinismo – Esa foto ya la había visto en otra base militar – Sonríe, como sonreiría una serpiente con sus mentiras – Seguramente, anduvo repartiendo la misma fotografía, para ver a cuantos engatusaba jajaja – Entrecierra los ojos y lanza el último veneno – ¡Tu novia es una zorra cualquiera!

Los demás soldados se asustaron, e intercambiaron comentarios confusos. No porque alguien hubiera provocado la furia, de los dos novatos más fornidos; sino porque ese alguien, era precisamente Neil Leagan, alias la "niña" – A perdido la razón – era la idea generalizada en la barraca.

– ¡Te tragarás tus palabras Leagan! – ¡Ahora verás hijo de perra! – Una lluvia de golpes cayeron sobre Neil. Algunos soldados alentaban el desigual encuentro, otros pocos aprovecharon para golpearle, simplemente porque les caía mal. Teddy, junto con otros tantos, corrieron a auxiliarle, pues estaba seguro de que, si no intervenían, lo iban a matar – ¡estalló la bomba! – pensaba, mientras trataba de quitarle a Johnny de encima.

...

Aunque geográficamente estaba cerca de las batallas de Galípoli y Salónica, Malta se encontraba protegida por miles de kilómetros de mar.

En Galípoli, los Aliados enviaron una fuerza de 70.000 hombres para atacar al Imperio Otomano. Británicos, franceses, australianos y neozelandeses iniciaron un ambicioso asalto a la península turca en un intento por tomar la ciudad de Constantinopla.
Se esperaba que los alemanes distrajeran a las tropas concentradas en el Frente Occidental y las enviaran a apoyar a los turcos, lo cual destrancaría la guerra en Europa.

Las primeras oleadas de pacientes arribaron en Malta en marzo de 1915. Los soldados navegaron durante una semana en barcos hospitales, recorriendo unos 1.367 kilómetros a través del Mediterráneo para ser atendidos en la isla.

Reencuentro en el vértice Donde viven las historias. Descúbrelo ahora