Este libro necesita un nuevo protagonista

[38] Intrusos

Evolet y sus dos compañeras habían regresado finalmente a la casa de Evenn. En esos dos días que había estado ausente, el mayor de los que habían quedado en la casa había buscado molestar al joven cada que tenía la oportunidad ¿tal vez era cosa de primos? Aunque realmente era muy diferente.

Mientras que las bromas de Evolet eran vergonzosas y amistosas, Evenn realmente se burlaba de los errores de Rean e incluso sugería que debía convertirse en la esposa de Evolet, una broma que realmente no tenía el impacto desagradable o negativo que había pensado, aunque por supuesto, eso sólo lo sabía Rean.

Al ver entrar a Evolet por la puerta no pudo evitar dejar salir un gran suspiro y jalarlo con prisa a la sala de estar.

Evolet contó todo lo que había sucedido, al igual que Rean.

Resulta que en esos dos días habían ideado un buen plan para conseguir entrar en aquel lugar y tomar por sorpresa a los líderes. Aunque aún se negaba a aceptar que su hermano tendría algo que ver.

— Es perfecto — felicitó Evolet a su compañero, lo que hizo sentir satisfecho al que recibió el cumplido

Continuó — Es mejor evitar cualquier batalla, así que creo que es muy conveniente.

Era de noche y no había mucho más que hacer. Seguramente Pinky y Miel se habían detenido en una posada a dormir así que llegarían por la mañana. Hasta entonces sólo quedaba esperar.

Esta vez Evenn negó la entrada de Evolet a su habitación, aun sentía extraño saber que aquel chico no era en realidad su primo. La primera vez se había salido con la suya, pero ahora definitivamente lo había dejado fuera.

A regañadientes regresó a su habitación en la que se encontraba Rean.

Entró un poco tímido, pues no podía olvidar muchas cosas que habían sucedido entre ellos. Aunque de alguna manera no eran malos recuerdos, seguía sintiendo que eran prohibidos.

Se sentó tranquilo en un rincón mientras repasaba el plan por milésima vez.

— ¿Por qué quieres salvarlos a todos? — de pronto resonó la voz melodiosa de Rean.

Evolet lo miró mientras dudaba, aunque no había pensado realmente sobre una razón en específico para salvarlos, contestó sin dudar — Porque son inocentes

— Incluso si son inocentes, tal vez deberíamos dejar que personas designadas se hagan cargo.

Evolet podía comprender a Rean ¿Por qué unos estudiantes deberían arriesgarse de esa manera? Habiendo tantos grandes magos ahí fuera. Pero la verdad era que nadie consideraba a esas personas inocentes.

Realmente habían comenzado una guerra, realmente habían asesinado a otras personas, realmente eran un gran problema para todos. En este momento nadie quería preguntar si era porque ellos lo querían o no.

El único que lo sabía era él ¿no era lo correcto?

Entonces, si él era el único que podía ayudarlos lo intentaría.

Hablaron de aquel asunto por un rato, Rean también podía comprender los pensamientos de Evolet, pero incluso si no lo hubiera hecho, él se hubiera quedado a su lado de todas maneras.

Finalmente fueron a descansar.

Había hecho cosas vergonzosas con Rean antes pero al menos podía seguir fingiendo naturalidad a su lado.

O al menos eso creyó, cuando por la mañana vio a Rean sin playera mientras cambiaba su ropa de pronto sintió de nuevo la necesidad de tocar su abdomen, se veía tan bien y suave que simplemente no lo podía evitar.