[41] Hagamos preguntas

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No había pasado nada interesante durante algunos días, apenas pudieron sobrevivir la primera semana y Evolet ya sentía la realidad del castigo.

Ni si quiera podían enviar alguna mariposa para hablar con sus amigos, también eso había sido restringido. Estaban completamente aislados de todo y aún faltaba una semana más.

Evolet realmente no sabía que tanto leía Rean, pasaba todo el día investigando en libros, haciendo anotaciones y leyendo más y más.

Eso ayudaba a Evolet a distraerse y evitar cualquier pensamiento sobre Rean, pero ¡era demasiado aburrido! Para el séptimo día comenzó a perturbar al estudioso Rean en medio de sus investigaciones.

¿Esto hacen los investigadores normalmente? —Evolet estaba tirado en el suelo muerto de aburrimiento y se dedicaba únicamente a ver a Rean

Al escuchar la voz de aquel chico, dejó el libro de lado y lo miró con curiosidad.

Llevas leyendo cinco horas sin parar ¿no es algo excesivo?

No hay mucho que hacer, es mejor aprovechar el tiempo —respondió como si fuera algo obvio, pero Evolet no pudo evitar rodar por el piso mientras se quejaba de su compañero

¡Pero yo estoy aburrido! Y definitivamente no leeré cinco horas seguidas como tú, además ya leí los libros que me interesaban.

Rean parecía dudar por un momento, entonces con una mirada expectante volvió a hablar — ¿Quieres hacer algo?

Evolet se puso de pie alegre, por fin aquel chico abandonaba sus libros y podrían hacer algo

¡Juguemos! —pensó seriamente en algún juego para ellos dos, sólo pudo pensar en una cosa — Hagamos preguntas

¿Preguntas?

Si, cualquier cosa de la que tengamos curiosidad, y si no quieres contestar —levantó un puño que intentaba amenazar — recibirás un golpe —dejó salir una risa malévola

¿Golpe? No quiero golpearte

Entonces me saldré con la mía —se burló mientras sacaba la lengua — ¡Comienzas!

Rean no lo pensó mucho y rápido hizo la primera pregunta — ¿Te gusta alguien?

Heeey —Evolet no escondió su frustración al escuchar esa pregunta — ¿No hemos hablado sobre eso mil veces? ¡No me gusta nadie!

La realidad era que ni si quiera él sabía si aquello era cierto, pero no podía decirle que estaba confundido por su culpa, así que lo siguió negando con fuerza.

¿Qué es lo que más te gusta? — Evolet hizo su pregunta expectante

¿No me preguntarás si me gusta alguien?

Dejó salir un suspiro de frustración al escuchar aquello y contestó — Sé que te gusta alguien, ya lo has dicho —giró los ojos molesto

¿No quieres saber quién es?

¡NO! —gritó Evolet irritado — Este juego no es divertido

En ese momento en el que recordó que a Rean le gustaba alguien se sintió inexplicablemente molesto y se negó a seguir haciendo preguntas. Se escapó al sofá con una mala expresión dejando a Rean confundido.

Rean se acercó con cuidado al chico que hacia un berrinche en el sofá e intentó hablar con cuidado — Perdón

Evolet fingió no haber escuchado y tomó un libro para distraerse.

Este libro necesita un nuevo protagonistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora