Los periodistas por poco y se lanzan sobre ustedes.
Las preguntas y los flashes te aturden cada vez más. Miras al rubio que se encuentra igual de sorprendido que tú.
¿Cómo es que no se dieron cuenta de que los estaban siguiendo aquel día?
El rostro de Tom mostraba completo arrepentimiento al momento en que regresó su mirada a ti. Abre los labios, dispuesto a disculparse, pero lo detienes, negando suavemente con tu cabeza y formando una dulce sonrisa en tus labios.
Ya habían hablado de esto, sabías que tarde o temprano la gente se enteraría, no podían posponerlo más.
Hasta cierto punto, te parecía algo cómico que hicieran tanto alboroto por algo así, no eran nada más que amigos y solo Dios sabía lo mucho que deseabas que todos esos absurdos chismorreos fueran ciertos.
Tu pánico moría por salir a la superficie, pero lo reprimiste con todas tus fuerzas, aprisionándolo en el fondo de tu mente. Miras la mano del actor, no se había despegado en ningún momento de la tuya y lo agradeciste de corazón, aquel tacto te estaba llenando de una valentía que no te creerías capaz de tener en un momento así.
Sonríes para tus adentros.
Apretas con algo de ligereza el agarre que tienen, tratando de transmitirle un poco de tu seguridad al ojiazul.
Tom sintió como se derretía en ese instante.
Te conocía, podía ver en tus ojos el miedo que estabas intentando ocultar. Estabas tratando de mantenerte fuerte a pesar de todo lo que se les vendría encima en los próximos segundos y para rematar, hacías el esfuerzos de tranquilizarlo... Diablos, eras de los seres más dulces y fuertes que pudieron haber pisado este mundo, pensó.
Enternecido, te brindó una sonrisa. Arreglarían aquel malentendido. Juntos.
—Por favor, mantengan la calma, dudo mucho que _______ y Tom quieran...— Se apresuró a decir el señor Taylor, tratando de hacerse oír entre todo el griterío, pero para su sorpresa y la del resto, tú y el británico negaron.
Hablarían. Dejarían en claro todo ese embrollo en el se habían metido.
El londinense se inclinó hacia el micrófono que tenía enfrente suyo. Te miró por un segundo, no haría nada que tú no quisieras, si deseabas irte de aquel lugar lo entendería perfectamente.
Muerdes tu labio inferior con nerviosismo, pero terminas asintiendo con rapidez.
No podían seguir de aquella manera, querías poder pasar tiempo con Tom como una persona normal. No te importaba lo que dijeran de ti después de este día, si lo tenías a él a tu lado nada importaba.
—Pueden hacer sus preguntas, las responderemos—. Dijo el inglés con seguridad después de ver la determinación en tus ojos.
Una joven de aproximadamente veintitrés años se apresuró a levantarse de su asiento, dispuesta a ser la que empezara con la pesadilla en la que tú sola te habías metido.
—Tom, negaste vez tras vez que tú y la señorita _______ fueran pareja, pero creo que hablo por todos al decir que ustedes no se ven como simples amigos,— La señorita hizo hincapié en la última palabra, lo que causó un mordisqueo aún más fuerte en tu labio, sentías como te arrepentías de tu decisión con cada palabra que salía de la boca de la castaña— y no me refiero solo a las fotos, sino también ahora, no han parado de lanzarse miradas y sonrisas durante estas casi dos horas. Dinos la verdad, ¿están saliendo?
Dejas de aprisionar con tus dientes a tu pobre labio, abriendo ligeramente la boca y tratando de aspirar algo de aire.
No era un buen momento para entrar en pánico y mucho menos para sonrojarse.
Apretas tus labios en una fina línea para concentrarte más. No debías darles más razones a aquellas personas para dudar de la verdad. Tom te ve por el rabillo de su ojo y te brinda una fugaz mirada reconfortante.
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Solo dame un minuto (Tom Hiddleston y tú)
Fanfiction-Mientes-. Reunes todas tus fuerzas para que tu voz no tiemble.-¡Estás mintiendo! Los azules ojos que alguna vez habías visto con amor se encontraban llorosos y desesperados. Arrugas el entrecejo al notar un fuerte dolor en tu pecho. A pesar de todo...