33. Una cajita de recuerdos y una puta película romántica.

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Tenía once años la primera y última vez que me hice un esguince. Mi padre acababa de llegar de trabajar y, como muchas otras veces, lo hizo con una sorpresa entre manos. Era típico de él aparecer en casa con algún detalle a pesar de que luego siempre tenía que aguantar los "si consientes así a los niños no van a saber lo que es la vida real nunca" de mi madre. Pero a él le daba igual. Le daba besos hasta que terminaban riéndose como dos adolescentes que se están conociendo y afirmaba falsamente que sería la última vez. Cuando no eran cromos, eran balones, entradas para cualquier evento o las galletas que habían salido nuevas al mercado y se nos habían encaprichado el día anterior al verlas en la tele a mi hermano o a mí.

Aquel día era uno de los primeros del verano y recuerdo perfectamente la cara de ilusión con la que sacó de una bolsa una caja que contenía una especie de pista deslizante de plástico de esas por las que corre el agua y, si coges carrerilla y te lanzas, pueden transportarte unos cuantos metros en posición horizontal. Mi padre nos contagió rápidamente la emoción y nos pidió que nos pusiéramos corriendo el bañador. Iván, que tendría unos cinco años, echó a correr gritando por toda la casa y preguntándole a mi madre que dónde había guardado el suyo de Bob Esponja. Mi padre, casi con más prisa que nosotros por probar aquel juego, se quitó la camisa del trabajo al lado de la piscina y se quedó preparándolo todo para que cuando volviéramos la pista estuviera ya mojada y lista para ser disfrutada.

Tengo grabadas las carcajadas de mi madre, apoyada en la puerta corredera del jardín, mientras veía a mi hermano coger carrerilla y tirarse en plancha por el plástico hasta acabar comiéndose el césped. También las de mi padre cuando decidió deslizarse de pie en lugar de tumbado y terminó cayéndose de culo en el suelo. Y después vino cuando sin pensármelo dos veces intenté imitarle y lo que conseguí fue torcerme el tobillo y un billete directo a urgencias. Hace ya casi quince años y ese recuerdo ni caduca ni se ha difuminado lo más mínimo. Sigue en una cajita muy protegida y delicada junto con otros muchos que solo saco a pasear de vez en cuando por miedo a que se pierdan o a que sean menos mágicos con el paso del tiempo.

-Todo está exactamente igual que antes. – Dice mi hermano a mis espaldas, mientras yo miro al jardín a través de la cristalera y saco recuerdos de la cajita. – Mira, Miriam. Esa era mi película favorita cuando era pequeño.

-Peter Pan. – Pronuncio antes de girarme. Junto a la televisión, sobre el DVD, está la caja de la película que tantas veces vimos juntos en el sofá de este salón. A mi no me gustaba especialmente, pero la emoción con la que Iván vivía cada escena y se aprendía los diálogos de memoria era suficientemente contagiosa como para querer sentarme a su lado. Me acerco despacio y agarro la caja con mis manos. Al abrirla no encuentro el disco en su interior y un recuerdo más me viene a la mente. – La vimos la noche antes del accidente. Yo quería ver Jumanji y tú esa, así que mamá dijo que tendríamos que sortearlo y ganaste tú.

-Siempre me salgo con la mía. – Vacila.

-Seguro que mamá manipuló el sorteo para que ganaras, porque te ponías insoportable cuando veías películas que no te gustaban. – Dejo la caja exactamente en la misma posición que estaba, ligeramente girada sobre el DVD, y me doy la vuelta para mirarle. - Como ahora. No has madurado nada.

-No te pongas celosa, hermanita.

-Yo creo que también hubiera preferido ver Peter Pan. – Dice Miriam. La chica está de pie en la entrada y se mantiene a una distancia prudencial de todo, tanto a la hora de intervenir en las conversaciones como de acercarse a los muebles y el resto de los objetos de la casa. No quiere hacer nada indebido ni ser irrespetuosa, pero es que la conozco perfectamente y sé que nunca lo sería, hiciera lo que hiciera. Me acerco a ella y cojo su mano mientras interpreto el papel de indignada lo mejor que puedo.

Dos versos enredados (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora