TODO VA SOSPECHOSAMENTE BIEN
EVIDENTEMENTE ALGO MALO PASARÁ Y LO ECHARÁ TODO A LA MIERDA
CheleDefinitivamente no todos los días una es mágicamente teletransportada en un destello de luz blanca y mucho menos acompañada de quien posiblemente podría ser su padre. Si yo tuviera ese superpoder, podría estar yendo y viniendo de la casa en la playa de mi familia al Campamento Mestizo y viceversa sin necesidad de usar un avión. Pero mejor dejo de pensar en ello. Solo estoy retrasando lo inevitable.
Zeus y yo estábamos en una sala blanca con muchos muebles y luces modernas. No me atrevía a pronunciar palabra alguna, así que me limitaba a juguetear con el borde de mi camisa púrpura, la cual no se encontraba en muy buen estado por el lío ese de haberme enfrentado a los muertos. El dios por su parte, solo me miraba atentamente.
—Ya he perdonado al engendro de Poseidón, pero no te he dado nada en agradecimiento, Celeste Rodríguez Ortega.
Se me aceleró el corazón al ver que Zeus pudo pronunciar correctamente mi nombre sin trabarse la lengua en ningún momento. Mis nervios volvieron con mayor fuerza. Tuve que respirar profundamente y contar hasta diez como sugería mi psicóloga.
—Señor, a mí lo que me gustaría es que mi padre divino, sea quien sea, me reclame como su hija cuando regrese al Campamento Mestizo—Conecté mi mirada con la suya buscando alguna señal.
—Así será—Asintió aún manteniendo su rostro estoico y chasqueó los dedos.
Ya no estaba en la sala con Zeus sino en la salida de la habitación repleta de tronos observando la interacción padre-hijo entre Possy y Percy.
Según Percy, habíamos sido los primeros héroes en regresar vivos a la Colina Mestiza desde Luke, así que por eso todo el mundo nos trataba como si hubiéramos ganado la lotería o algún reality show. Según la tradición del campamento, nos ceñimos coronas de laurel en el gran festival organizado en nuestro honor, y después dirigimos una procesión hasta la hoguera, donde debíamos quemar los sudarios que nuestras cabañas habían confeccionado en nuestra ausencia.
La mortaja de la rubia era una bonita tela de seda gris con lechuzas de plata bordadas. Percy comentó que era una pena que no la usaran para enterrar a Annabeth con ella. Me reí mucho cuando vi que mi amiga le metía tremendo puñetazo.
Los de la cabaña de Hermes se esforzaron mucho en hacer la mía, aunque se notaba que estaba medio descuidada y hecha con prisas. Se trataba de una tela blanca con un cadúceo con alas a color.
El que sí que daba pena era el de Percy. Como él era el único miembro de la cabaña de Possy, los encargados de hacer su sudario fueron los hijos de Ares. Era súper feo. Le dije a mi amigo que, al menos, no lamentaría tener que quemarla en la hoguera y él asintió de acuerdo.
Mientras la cabaña de Apolo dirigía el coro y nos pasábamos sándwiches de galleta, malvaviscos y chocolate, me senté junto a Percy rodeados de nuestros compañeros de la cabaña de Hermes, los hermanos de la rubia y los colegas sátiros de Grover, quien estaba admirando la recién expedida licencia de buscador. Los únicos que no tenían ganas de fiesta eran Clarisse y sus colegas de cabaña, cuyas miradas envenenadas dirigidas a mi mejor amigo, dejaban muy claro que jamás lo perdonarían por haber avergonzado a su padre en un combate.
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Chele y los dioses del Olimpo (Percy Jackson)
De TodoDISCLAIMER: Aunque no creo que sea necesario... Pero, bueno. Evidentemente el mundo y muchos de los personajes que se presentan en la historia no son míos sino del tío Rick. WARNING: Tiene spoilers de absolutamente todos los libros en los que aparec...