Capítulo 57

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TÍO JASON VUELVE CHAMUSQUINA MEDIO CAMPAMENTO


Piper

Piper no tardó en darse cuenta de que Celeste no tenía ganas de llevarla de visita. Se la pasaba meditabunda y de milagro le señalaba las cosas y le decía lo que eran. Se la pasó quince minutos señalándole la misma fogata y repitiendo que era la hoguera del comedor como seis o siete veces. Afortunadamente le respondía bien a las preguntas, aunque solo con monosílabos.

Mientras subían una colina situada en las afueras del campamento, Piper se volvió. Contempló la increíble vista del valle: la gran extensión de bosque hacia el noroeste, una playa preciosa, el arroyo, el lago con canoas, los exuberantes campos verdes y toda la distribución de las cabañas. Una extraña colección de edificios dispuestos como la letra omega griega: Ω, con una curva formada por cabañas alrededor de un prado central y dos alas que asomaban a cada lado en la parte inferior.

Piper contó veinte cabañas en total. Una emitía un brillo dorado; otra, plateado. Una tenía hierba en el tejado. Otra era de vivo color rojo y tenía zanjas con alambre de espino. Una cabaña era negra y tenía antorchas verdes encendidas en la fachada. En conjunto parecía un mundo distinto de las colinas nevadas y los campos del exterior.

-El valle está protegido de los ojos de los mortales por un hechizo ahí medio raro. El clima también está controlado gracias a la wea esa que mantiene a los monstruos a raya. Cada cabaña representa a un dios griego y en dependencia de quién sea tu padre divino, te asignan tu cabaña, como si fueras ganado a clasificar-Por fin Celeste le hizo una explicación medianamente decente.

-¿Estás diciendo que mi madre era una diosa?

Celeste asintió.

-Sippiripimpimpi. Te lo estás tomando con mucha tranquilidad en comparación a la gran mayoría que empiezan a flipar o a negar la realidad.

Piper no podía contarle por qué. No podía reconocer que eso no hacía más que confirmar las extrañas sensaciones que llevaba años experimentando, las discusiones que había mantenido con su padre con respecto a la ausencia de fotos de su madre en casa, y al motivo por el que su padre se negaba a decirle exactamente cómo y por qué los había abandonado su madre. Pero, por encima de todo, el sueño le había advertido de que se avecinaba ese momento. «Dentro de poco te encontrarán, semidiosa (había dicho aquella voz cavernosa). Cuando lo hagan, sigue nuestras instrucciones. Colabora, y tu padre vivirá».

Piper inspiró de forma temblorosa.

-Supongo que, después de esta mañana, es un poco más fácil de creer. Entonces, ¿dónde está mi madre?

-En el Empire State Building, guapa.

Piper se le quedó mirando confundida.

-¿Una diosa en el Empire State Building?

-En el piso 600 del Empire State Building, el monte Olimpo. Los dioses se trasladaron hacia Occidente al igual que la gran mayoría de los mitos: el mar de monstruos es ahora el Triángulo de las Bermudas, el laberinto de Dédalo se encuentra en el subsuelo norteamericano y blah, blah, blah...-Celeste hizo una pantomima del Drácula de Hotel Transilvania-Ahora... De saber quién es tu madre divina, lo sabremos dentro de poco. Se supone que los dioses te reconocen cuando tienes trece años. Ese era el trato.

-¿El trato?

-El verano pasado nos hicieron una promesa... Es una larga historia y me da flojera contarla... Pero lo importante aquí es que nos prometieron que no seguirían ignorando a sus hijos semidioses y que los reconocerían cuando cumplieran trece años. A veces tardan un poco más, pero ya viste lo rápido que han reclamado a Leo cuando ha llegado. A ti también te reconocerán. Probablemente esta noche, en la fogata.

Chele y los dioses del Olimpo (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora