Capítulo 31

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JUGAMOS CON ESCORPIONES AL CORRE QUE TE PILLO PORQUE LOS PLANETAS SE ALINEARON


Percy

Durante el desayuno, había mucho revuelo en el comedor. Al parecer, a las tres de la madrugada se había localizado un dragón etíope en la frontera del campamento. Yo estaba tan exhausto que había seguido durmiendo pese al alboroto.

Los límites mágicos habían mantenido al monstruo a raya, pero éste siguió merodeando por las colinas intentando encontrar algún punto débil en nuestras defensas y no pareció dispuesto a marcharse hasta que Lee Fletcher, de la cabaña de Apolo, dos de sus camaradas y una Chele medio zombie se pusieron a perseguirlo. Cuando el dragón tuvo una docena de flechas alojadas en las grietas de su armadura, mi amiga logró pulverizarlo con su súper fuerza.

-Buen trabajo, Lee, Celeste, Zack y Kayla-Dijo Quirón-Que todo el mundo permanezca alerta, pero sin perder la calma, por si aparece otro monstruo. Esto ya ha sucedido otras veces.

-Así es-Intervino Quintus desde la mesa principal-Y volverá a ocurrir. Cada vez con más frecuencia.

-La verdad ante todo, ¿no?-Chele sonrió de lado con amargura y Annabeth, con quién ella estaba hablando, asintió de acuerdo.

-Un buen motivo para practicar nuevos ejercicios de guerra-Prosiguió Quintus, con un brillo especial en los ojos-Esta noche veremos qué tal lo hacéis.

-Sí-Convino Quirón-Bueno... ya está bien de anuncios. Vamos a bendecir la mesa y a comer-Alzó su copa-¡Por los dioses!

Todos levantamos nuestras copas y repetimos la bendición. Tyson y yo llevamos los platos al brasero de bronce y arrojamos a las llamas una parte de nuestra comida. Esperaba que a los dioses les gustara el pudin de pasas y los cereales; pero, si podían tolerar los abominables tamales embadurnados con extra de salsa de Tabasco de Chele, suponía que les daba igual cualquier cosa.

-Poseidón, échame una mano con Nico y Luke. Y con el problema de Grover...

Había tanto de que preocuparse que podría haberme pasado allí la mañana, pero volví a sentarme. Le conté a una Chele medio dormida sobre la llamada a cobro revertido que recibí en mitad de la noche. Ella se espabiló y adoptó un semblante preocupado cuando mencioné a Nico.

Chele tenía muchos primos por parte de su familia materna. Uno de ellos, Yankiel, se parecía muchísimo a Nico antes de que su hermana Bianca falleciera. Ambos tenían la misma edad, el pelo negro revuelto, la piel olivácea y una preocupante adicción por los juegos. Ella lo consentía mucho por ser uno de los más pequeños y le partiría el corazón enterarse de que estuviera acampando solo sin dinero ni comida.

Quirón y Grover se acercaron a mi mesa. Este último tenía cara de sueño y la camisa mal remetida. Deslizó su plato sobre la mesa y se desplomó a mi lado. Tyson se removió incómodo.

-Voy a... pulir mis ponis pez-Se alejó pesadamente, dejando su desayuno a medias.

Quirón trató de sonreír. Seguramente quería resultar tranquilizador, pero con su forma de centauro se alzaba muy por encima de mí y proyectaba una sombra alargada sobre la mesa.

-Bueno, Percy, ¿qué tal has dormido?

-Eh... perfecto-No entendía a qué venía la pregunta. ¿Era posible que supiera algo del extraño mensaje Iris que había recibido?

-Me he traído a Grover, porque he pensado que quizá queráis... Eh... Discutir la situación. Ahora, si me disculpáis, he de enviar unos cuantos mensajes Iris. Nos vemos más tarde-Dirigió una mirada cargada de intención a Grover y salió trotando del pabellón.

Chele y los dioses del Olimpo (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora