EL OCASO (BENJAMIN)

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Zacharias estaba destrozado, se notaba la ira en sus ojos mientras lagrimas caían por sus pálidas mejillas, acababa de perder a su hermana, esta vez para siempre, no había forma de recuperarla.

—Amigo, lo lamento mucho —Dije finalmente poniendo una mano en su hombro.

—No lo lamentes, véngala, dio su vida por ti, cumple tu misión —Respondió Zacharias sin quitar la vista del suelo.

—Entiendo —Respondí.

Simon y Dan estaban de rodillas viendo las gotas de sangre que había dejado Emira antes de morir, Simon se sentía mal, se le notaba en la expresión de su rostro. Por otro lado, Dan al igual que Zacharias quería ver correr sangre, quería vengar la muerte de Emira, yo igual quería vengarla, era una muy buena amiga a pesar de sus frecuentes actitudes molestas.

—Al menos te dijo lo que sentía antes de morir —Dijo Zacharias viéndome mientras se secaba los ojos.

—¿De qué hablas? —Respondí viéndolo fijamente.

—Te dijo que te amaba Benjamin, era cierto ¿Por qué crees que estuve en contra de que estuvieses con Jasmine? —Dijo él mientras le brotaban más lágrimas.

—¿Yo le gustaba a Emira? —Respondí.

—Más que eso Benjamin, ella sabía que arriesgaba su vida al venir a luchar aquí, sin embargo, fue la primera en dar un paso al frente y luchar por tu felicidad, aunque tu felicidad fuese otra persona. A ella solo le gustaba verte sonreír —Respondió Zacharias quien ahora se estaba poniendo de pie.

—Nunca hubo indicios ¿Cómo demonios lo iba yo a descubrir? —Respondí viéndolo fijamente.

—¿Nunca los hubieron Benjamin? Te hago un recuento, te insultaba frecuentemente para hacerte molestar, reía por cualquier tontería que dijeras cuando nos reuníamos en la cafetería y la más importante, cada vez que hablábamos de ti y Jasmine ella intentaba cambiar el tema —Comenzó a decir Zacharias—. Lo que sucede es que a veces somos tan tontos que no nos damos cuenta de lo mucho que nos ama una persona hasta que ya es muy tarde ¿Recuerdas la vez que te mostré aquel recuerdo del día que salimos Emira y yo?

—Lo recuerdo perfectamente, lo cortaste cuando comenzaron a hablar de mí —Respondí viendo a todos lados para evitar que nos atacasen por sorpresa.

—Lo que Emira me confesó ese día es que te amaba mucho, pero tenía miedo de decir lo que sentía, que la vieses como una criatura débil, ella intentaba aparentar ser una chica fuerte, una chica a la que solo le importaba ella misma, sin embargo, no era así. Ella era mejor chica de lo que aparentaba —Dijo Zacharias suspirando.

—¡Chicos! ¡Cuidado! —Gritó Simon.

Al voltear vimos que una nueva horda de criaturas venía hacia nosotros, colmillos, garras y poderes demoniacos juntos, nosotros estábamos debilitados, nos faltaba un miembro importante, Emira, y ella había dado su vida por mí. Había recibido el impacto de aquel cuchillo que iba dirigido hacía mí y todo era porque me amaba.

Sentía tanta ira que en ese momento no me importaba que la bestia se apoderase de mi cuerpo y mataba a todo el que estuviese frente a mí, quería ver correr sangre, quería que la muerte de Emira fuese vengada debidamente, pero no todo acababa ahí, yo le había prometido a Emira ayudarla con su venganza luego de recuperar a Jasmine, cuando saliésemos de la gran batalla iríamos a buscar a los licántropos que la asesinaron, no solo a ella sino también a Zacharias y los haríamos pagar con sangre.

—Debes cumplir tu promesa Benjamin —Dijo Zacharias viéndome a los ojos.

—¿Cómo lo sabes? —Respondí rápidamente mientras lo veía a los ojos.

—Emira me contaba todo, incluso tu promesa de ayudarla con su venganza —Respondió Zacharias.

En ese momento un nuevo grupo de criaturas venía contra nosotros, Zacharias los llamaba los rebeldes de Mirah y siempre habían existido, entre ellos estaban más que todo seres que habían sido exiliados a las islas que rodeaban Mirah por diversos crímenes.

Simon por su lado ya se estaba acostumbrando a ver como desaparecían los vampiros tras clavarles la daga en su pecho, incluso en sus ojos se notaba un poco de diversión de vez en cuando.

—¿Te diviertes asesinando vampiros? —Dijo Zacharias viéndolo.

—No lo malinterpretes viejo, sabes que es necesario —Respondió Simon.

Por otro lado, estaba Dan, él no asesinaba a nadie simplemente con su magia los iba alejando, según me contaba Zacharias Dan odiaba la violencia y mientras menos participase en ella mejor para él.

Zacharias y yo íbamos luchando codo a codo contra todo lo que tuviésemos al frente cubriéndonos las espaldas, de vez en cuando echando un vistazo a ver como estaba Simon quien se estaba desenvolviendo bien y siendo ayudado en ocasiones por Dan que alejaba vampiros y licántropos de él.

Miraba al cielo y veía como poco a poco el sol se comenzaba a meter en ese momento mientras partes de mí se iban transformando a mi voluntad para luchar contra aquellas desagradables criaturas que estaban del lado de Justin, y en mi opinión, quien estuviese del lado de Justin estaba haciéndole daño a Jasmine y merecía morir.

De un momento a otro, varios vampiros se lanzaron en mi contra y Zacharias no podía hacer nada porque a él lo estaba atacando otro grupo. Inmediatamente me convertí en lobo para devorar a aquellas asquerosas criaturas.

Cada vez me preocupaba más, la luna poco a poco comenzaba a aparecer y mis movimientos eran cada vez más opacados por una especie de espasmos, iba poco a poco perdiendo el control sobre mi propio cuerpo y la bestia iba emergiendo, sin embargo, mi conciencia permanecía intacta, sabía todo lo que estaba haciendo, pero había algunos movimientos que mi cuerpo realizaba sin yo quererlo.

—¿Qué demonios crees que haces Benjamin? —Zacharias seguía luchando con un grupo de vampiros que poco a poco se volvían cenizas.

—No soy yo, estoy sufriendo algunos espasmos —Respondí mientras continuaba golpeando a otro grupo de criaturas—. Creo que debe ser la luna.

Al acabar con el último grupo de vampiros que me atacaban volteé hacia el cielo pudiendo ver como el sol se terminaba de meter en un hermoso ocaso que atraería una sangrienta noche con la luna roja.

Al voltear nuevamente pude ver como un grupo de vampiros intentaban acabar con Simon, definitivamente, se estaba acercando el ocaso para la noche más sangrienta que pude haber vivido en toda mi corta vida hasta ahora.

AMOR DE LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora