OSCURIDAD (JASMINE)

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   Lo último que recuerdo fue haber huido la noche anterior de la casa del padre de Benjamin tras escucharlo hablar con Zacharias, sentí miedo, no podía quedarme en ese sitio y continuarme arriesgando a que se saliera de control y como el había dicho, era un licántropo, asesinaba personas para poder sobrevivir.

   Recuerdo que con mucho miedo huí de esa casa, intentando dejarlo atrás sin siquiera ver si me seguía o no, cuando de pronto vi unos arbustos y decidí esconderme ahí donde sentí un fuerte golpe en mi cabeza que me hizo perder la conciencia y desperté lo que imaginé que eran horas más tarde atada a una pared viendo como la luna brillaba cada vez más.

   Estaba aterrada, estaba segura de que en cualquier momento iban a entrar a la habitación a asesinarme por descubrir sus secretos, Zacharias y Emira eran vampiros y Benjamin era un licántropo, Simon lo sabía todo y sin embargo se relacionaba con ellos, además lo que más temor me daba es que Benjamin ya había asesinado antes, yo misma lo oí decirlo, era una bestia, un monstruo, nada me aseguraba que no fuese a hacer lo mismo conmigo en estos momentos.

   —Hora del desayuno —Escuche la voz de una mujer entrando en la habitación.

   —Emira deja de fingir, sé que eres tú —Respondí intentando librarme de lo que yo suponía eran cadenas.

   —Come niña, te hará bien —Respondió la misteriosa voz.

   —¡Emira deja ya de fingir, somos compañeras de piso por dios, explícame qué demonios está pasando! —Grité ante aquella extraña voz.

   —Ten —Dijo la voz que cada vez se acercaba un poco más con una cucharilla llena de algo que parecía comida.

   —¡Que me digas que demonios está pasando aquí! —Dije escupiéndole la comida.

   —Niña insolente —Dijo la voz y recibí una muy fuerte bofetada—. Ahora te quedas sin comer.

   De pronto sonó como se cerraba la puerta, no entendía nada, si Emira y yo  nos estábamos llevando relativamente bien últimamente, no entendía porque me estaba haciendo esto, no entendía absolutamente nada, si esto era el amor que sentía Benjamin realmente no lo quería.

   En mi mente maldecía a Emira, a Benjamin a Zacharias e incluso a Simon quienes aparentemente estaban detrás de todo esto, de mi encierro y de los asesinatos de Elissa y de la propia madre de Benjamin. No podía creer que Benjamin fuese asesinado a su propia madre, pero cada vez que pensaba en el pasado todo apuntaba a que él era el culpable de ambas muertes, la de Elissa y la de su madre.

   Ahora todo tenía sentido, su actitud extraña y su cara demacrada el día que encontraron el cadáver de Elissa, cuando decía que tenía problemas en su casa, la extraña actitud con su padre, todo poco a poco iba encajando en mi mente, la frustración de Zacharias al decirme que un policía se había llevado a Benjamin.

   Todo se dibujaba en mi mente como si de un mapa se tratase, el rompecabezas poco a poco comenzaba a tomar forma, la velocidad en la que Benjamin corría por los pasillos de la universidad, pero en algo tenía razón, cuando se alejaba de mi lo hacía para protegerme, para no involucrarme en sus cosas.

   En parte también me sentía culpable de lo que estaba pasando, Benjamin intentó advertirme, sin embargo mientras el más se alejaba yo más me acercaba.

   —Me dijo mi compañera que no quisiste comer —Ahora había entrado la voz de un hombre.

   —¿Zacharias?, ¿Simon? —Pregunté intentando distinguir aquella figura en la oscuridad

AMOR DE LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora