Maybe

Capítulo 46; En el fondo del lago.

Tal vez no había sido una buena idea ignorar lo sucedido por dos semanas.

Hermione estaba molesta con él por haber escapado de Draco. Y Ron, como buen mejor amigo que era, lo había consolado diciéndole que estaba siendo un estúpido por no ir directamente a besarle en cuanto le declaro que le gustaba.

Estaba siendo muy poco Gryffindor para su gusto, incluso podía escuchar a Draco decírselo con ese tono burlon que generalmente utilizaba con él. Lo extrañaba muchísimo, pero no estaba dispuesto a sufrir por un amor no correspondido, aunque Ron y Hermione estuvieran repitiéndole todo el tiempo que Draco si que le correspondía.

Fue en la cena de la tarde anterior a la segunda prueba que se atrevió a mirar hacia la mesa de las águilas, en donde el rubio no se encontraba. Neville y Lavender lo habían ignorado con una maestría impresionante esa mañana, y dudaba que si les preguntaba sobre el paradero de Draco recibiera una respuesta que no fuera un golpe en la cara.

¡Por Merlín!, su padre estaría tan decepcionado de su poca valentía.

Remus había estado bastante ocupado con las clases, y Harry estaba seguro de que si por él fuera, ya hubiera renunciado hace meses. Si debía ser sincero, prefería que Remus renunciara a seguir viéndolo tan cansado todos los días.

Sin embargo, su cansancio no lo detendría de preguntar que mierda estaba haciendo escondido en el armario de escobas cuando se suponía que debía estar en su clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.  

–¡No me obligues a ir, por favor! ¡Si quieres puedes castigarme, pero por favor no me dejes ir allí!

Remus suspiró, frotando sus parpados suavemente.

–¿Por qué no quieres ir a clases?– preguntó en cuanto Harry guardo silencio. Infló sus mejillas, esperando que Remus aceptara su silencio como una especie de respuesta. Pero, cuando el mayor no dijo nada, tuvo que suspirar y responderle con una notable vergüenza.

–Bueno... Hace algunas semanas, descubrí que me gustaba Draco...– cerró sus ojos con fuerza, creyendo que Remus diría algo sobre eso, o al menos se haría el sorprendido. Fue lamentable cuando solo rió y le pidió que continuara –El punto es que sin querer me confesé, y ahora debo escapar de un rechazo directo.

Remus le miro divertido, confundiendo a Harry, que entrecerro los ojos, esperando obtener alguna respuesta a su silenciosa pregunta.

–Harry– carraspeó Remus, cruzándose de brazos –, no creo que lo sepas, pero Malfoy a estado practicando para el lunes, ya sabes, con la banda de la escuela. Han estado practicando desde hace semanas. Sinceramente, me sorprende que no lo sepas.

Harry negó despacio, nadie le había dicho nada sobre eso, ni siquiera Ron, que parecía bastante pegado a la idea de demostrarle que Draco tenia al menos un pequeño enamoramiento por él.

–No tenia ni idea...

–Bueno, pues no está en Cuidado de Criaturas Mágicas, así que eso deja de ser una excusa valida.

Camino desanimado hacia la cabaña de Hagrid, esperando que realmente Draco no estuviera allí, porque no estaba preparado para ningún tipo de respuesta de su parte. Ni siquiera había practicado que era lo que diría cuando se lo encontrara de frente.

Ron y Hermione le esperaban un poco impacientes, ya se estaban comenzando a acostumbrar a que se saltara las clases.

–¡Al fin!– expresó Hermione, frunciendo el entrecejo –Creí que ya no llegarías. La asistencia es algo importante, Harry, no deberías darte el lujo de faltar a las clases solo por el tonto miedo al rechazo.