Maybe

Capítulo 52; La persona detrás de Ted.

–¡Me dijiste que Altais estaba con él!

Ron rasco su mejilla, sin saber si mirar la tarea de Pociones o a Neville frente a él. Hermione observo a ambos por sobre su libro de Astronomía.

–Bueno, tal vez mi futuro es ser actor, o un estafador profesional, ¿no lo crees?– murmuró irritado. Neville bufó, girando sobre sus talones y yéndose a su cuarto, bajo la mirada de todos ahí. Lavender sonrió hacia Ron en señal de disculpa antes de caminar tras Neville hacia la torre de los chicos. Ni siquiera Hermione se atrevió a decirle que estaba prohibido que las chicas fueran allí, quizás ella podría ayudar a Neville a calmarse un poco.

–¿Por qué le mentiste?– preguntó Harry, inclinándose hacia Ron y Hermione –Ahora creerá que Draco no confía en él, o quizás...

–Draco me pidió que no se lo dijera, él sabía que iba a preocuparse– argumentó el pelirrojo, simulando escribir algo en el pergamino, evitando el ceño fruncido de su mejor amigo –También me dijo que no te lo dijera a ti, pero al parecer ya te enteraste.

–Él mismo me lo dijo...

Ron se encogió de hombros, sacando una fruta del plato que estaba en la mesilla frente a ellos. Hermione volvió a leer su libro con un gesto nervioso, también evitando la mirada de Harry.

–Bien, no creo que eso importe ahora– murmuró, dejándose caer en el asiento junto a la castaña –Ahora solo debemos esperar a que Draco vuelva– Hermione le miró de reojo, asintiendo despacio. Ron no le miró, solo siguió escribiendo rápidamente en el pergamino.

–Espero que esté bien.

Harry le sonrió, esperando que Draco pudiera volver pronto. No le había comentado a nadie lo que había sucedido el día anterior en la enfermería, tampoco pensaba hacerlo. Lo consideraba algo privado, que no diría a nadie a no ser que Draco lo quisiese. Mientras tanto, su boca permanecería cerrada.

°°°

Entro en su habitación sintiendo que moriría en cualquier momento. El dolor de cabeza aumentaba a casa paso que daba, y lo único que logro calmarlo un poco fueron los narcisos entre las tonalidades de azul en su habitación.

Le hizo recordar vagamente a Luna, ambos los pintaron con la condición de que él la ayudaría con el de ella.

Ted le había ido a buscar por la mañana a la oficina de Sev, en donde tomaron los polvos flu y se aparecieron en Londres Mágico, luego de eso se fueron directamente a casa. Andromeda había llamado un poco después para decir que al otro día irían con el medico, que era mejor que descansará esa noche. Y Draco le hizo caso, como normalmente hacía, pero se sentía extraño ese día, además de su dolor insoportable de cabeza. Tenía un mal presentimiento.

A penas llegaron a casa, Ted fue directamente a su cuarto, normalmente hacía eso, sí, pero era extraño, porque no sonreía de la misma manera que siempre.

–¡Draco!– Miró un segundo hacia la puerta, lo más probable es que Dora se encontrara detrás de ella, esperándole con algo entre sus manos, comida quizás. Era lo que hacían siempre cuando uno de los dos enfermaba –Traje helado de chocolate y menta, sé que te gustan mucho el chocolate y la menta. Anda, abre la puerta.

Se levantó sobando su frente. Si el dolor de cabeza no se iba en unos pocos minutos, lo más probable es que suba al tejado y se lancé de ahí mismo. Luego pensó en que no era una muy buena idea, porque moriría antes de poder ser la pareja de Harry Potter.