Capítulo 59; "Mi vida"

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Tomo su cabeza entre sus manos, deseando que el dolor acabará lo más pronto posible, porque no tenía planeado decírselo a Lily, ella ya tenia demasiado con tener uno de sus brazos herido, y su pésima alimentación no ayudaba mucho, a ninguno de los dos, pero él estaba completamente dispuesto a ser él quien muriera ahí. La pelirroja cada día se veía peor que el anterior, y aunque intentaba que Draco no lo notará, él simplemente no podía evitarlo.

Ninguno de los dos podría aguantar mucho si seguían fingiendo que estaban cien por ciento bien.

–Me gustaría mucho que...– suspiró la mujer, inclinándose hacia delante –que ambos fuéramos sinceros con respecto a lo que está sucediendo, Draco, por favor...

–Bien –asintió deprisa, soltando un quejido cuando volteo a mirarla –Usted comience, señorita Lily, es la que está peor de los dos.

Aunque estaba muy seguro de que decir eso no era lo adecuado, al menos no en esa situación, poco le importo cuando la vio sonreír débilmente, acomodándose en las mantas.

–Me duele todo el cuerpo, y la cabeza no ha parado de arder desde hace semanas– suspiró, llevando su dedo índice hasta su sien –Soy un asco para curar a las personas. Ni siquiera puedo protegerte de esa mujer por lo débil que soy ahora. Perdóname, pero dudo mucho que tenga el derecho de hacerse llamar tu madre después de esto.

Draco fingió que eso no había dolido.

Ambos de quedaron sentados, igual de juntos que hace semanas, en un completo silencio. Lily cada vez se perdía más en el sueño, y aún cuando el brazo parecía querer matarla, hacia todo lo posible para que el menor no saliera tan dañado de todo eso, aunque comenzaba a dudar de que estuviera del todo sano, emocionalmente hablando, porque de manera física, parecía estar muerto en vida.

El silencio fue brutalmente interrumpido por unos pasos rápidos que bajaban por las escaleras de afuera, haciendo eco por todas las mazmorras.

Draco se enderezó en cuanto vio a su madre, posicionándose rápidamente frente a Lily, que cerró sus ojos por otro tirón en su brazo.

–Oh, estas despierto– dijo la mujer rubia, acercándose hasta ellos con una sonrisa extraña, que hizo que Draco se pusiera alerta, aún más que antes –Necesito hablar contigo algo sumamente importante, cariño, por favor...– suplico con inocencia, ignorando todo lo que estaba sucediendo en esos momentos.

Draco frunció el ceño, mirando de reojo a Lily, viendo lo débil que se encontraba, con su brazo que parecía querer matarla mucho más que Narcisa. Necesitaba llevarla con un medimago.

–Hablaré contigo, si me prometes que la ayudaras– dijo totalmente decidido. Lily pareció afectada por eso, pero no dijo nada, y Draco lo agradeció enormemente.

Narcisa observo con desdén a la pelirroja, pero tomo a su hijo por el brazo y lo separo de ella. Asintió de mala gana.

–La ayudare, solo si me escuchas y haces todo lo que te pida– se agacho un poco para quedar a su altura. Era bastante alta, y eso no lo calmaba mucho.

Draco asintió con dudas, pero el punto es que había aceptado. Y cuando Narcisa lo llevó hacia la entrada de las mazmorras, Lily no dijo nada, y Draco pensó en que debía estar demasiado cansada como para reclamar por algo.

°°°

Lo arrastro hasta su antiguo cuarto, aunque nunca llego a ser suyo realmente.

–Muéstrame tu brazo...– susurró Narcisa, tomándolo con delicadeza –Que flacucho estas, ¿te mataban de hambre ahí, con los sangre sucias? ¿Quieres unos dulces, mi vida?

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