Capítulo 47; Conociéndolo más.

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No sabia nada sobre como ser una persona romántica. Aún se preguntaba como es que Draco decía que le gustaba con tanta seguridad, mientras que él aún procesaba el día en que se confesó sin querer confesarse.

No había pasado mucho después de su encuentro en lago, tampoco es como si se la hubieran pasado hablando todo el día. Aunque debían admitir que esa idea no les desagradaba para nada.

El rubio se encontraba escribiendo una carta, para Andromeda, frente a él. Harry no pudo evitar pensar en lo lindo que se veía cuando estaba concentrado.

–Dromeda merece lo mejor, ¿no crees?– dijo Draco, sin levantar la mirada del papel. Harry asintió, aunque no había escuchado lo que el rubio había dicho –Es extraordinaria. Cuando le dije que extrañaba mi varita, solo me respondió enviándome una de juguete. Me gusto ese gesto, ¿sabes?, porque ahora al menos puedo hacer pequeñas bromas con ella. Tal vez me sirvan para vengarme de los gemelos.

Harry suspiró, dejando caer su cabeza suavemente sobre la mesa, sin despegar su mirada de su nuevo compañero de tareas. El rubio escribía y escribía, pero en ningún momento dejo de hablar, y Harry nunca antes había creído que alguien le gustaría tanto como para hacer la tarea de Pociones solo para poder verle.

–Reg dice que aún está esperando a poder demostrar que es inocente para poder ir a firmar el documento necesario para mi varita. Tía Andy le dice que eso es lo mínimo que merezco por gritarle al ministro, y él solo le responde que soy un niño... ¡Esa discusión se genera todos los días!– dijo divertido, sacando un poco de tinta con su pluma. Harry rió solo porque lo escucho reír a él. El chico era tan lindo.

La tarde continuo así, con Draco hablando y Harry escuchando atentamente, sin querer perderse nada de lo que decía, aunque se estuviera distrayendo con la manera que tenia el rubio de hablar; el chico movía sus manos entusiasmado, y cuando escribía sonreía como si en esa carta dijera un millón de cosas que le parecían hermosas.

Estiro su mano un poco, alcanzando la de Draco, que reposaba en la mesa mientras el rubio pensaba en algo más que pudiera decirle a Andromeda. Draco se sorprendió un poco, pero no dudo ni un segundo en entrelazar sus dedos.

–Por Dios, eres tan lindo– dijo, ladeando un poco su cabeza, sonriéndole a Harry. No pudo evitar sonrojarse, Draco sabia perfectamente como lograr hacerlo sentir nervioso –Tú cicatriz, ¿no te es incomodo saber el contexto en el que fue hecha?– preguntó suavemente.

Harry le miro, entreabriendo un poco sus labios, nunca antes se había preguntado algo así, debía admitir que era algo que le gustaría olvidar. Ni siquiera había pensado mucho en sus padres por la misma razón. Y el que Draco fuera el primero en preguntarle algo así, le hizo sentir, de una manera sorprendente, aliviado. Quizás porque había alguien a quien parecía importarle lo que sentía con respecto al tema. Y le alegraba tanto que ese alguien fuera el chico que le gustaba.

–Nunca había pensado en eso– susurró, pensando en lo mucho que le gustaría que Draco le mirara directamente, aunque sus ojos puestos en sus manos unidas no era algo que le molestara –Creo que mi mente aún no procesa lo sucedido hace un año.

Draco sonrió, volviendo a tomar su pluma, sin apartar su otra mano de la de Harry.

–Sinceramente, es algo que deberías analizar mejor, elegido– dijo con suavidad, mientras que remarcaba la última palabra con un tono divertido.

Harry le miro sonriente, recordando que en esos momentos debería estar caminando a su siguiente clase. Se levanto despacio, sintiéndose vacío al ya no poder sentir la mano de Draco tomando la suya.

–Pociones– susurró el rubio, levantando su mochila –Realmente espero que te vaya bien con esta tarea... ¿Lograste entender algo?

–Bueno... sí, tal vez.

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