Capítulo 64; Invadir, entrar por la fuerza

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Harry bajaba a las mazmorras corriendo como si de perder su vida se tratara. Neville y Luna prácticamente le pisaban los talones mientras que Ginny y Lavender corrían por delante de ellos. Quizás muchos que le miraban se preguntabas que estaban haciendo cuatro Gryffindor y una Ravenclaw corriendo directamente hacia el salón de Pociones. Y los cinco pensaban en que ni siquiera explicándolo podrían entenderlo.

–¡Draco!– exclamaron las chicas en cuanto abrieron la puerta del salón. Ambas entraron como si fueran balas recién disparadas. Después de eso, Harry corrió aún más rápido.

Llego al salón jadeando, haciéndose a un lado cuando Luna choco contra su espalda. Neville se detuvo afuera, inclinándose hacia delante para recuperar el aire. Harry miro hacia el escritorio de Snape, donde este estaba sentado con una cara de querer echarlos a todos a patadas.

Draco estaba ahí, intentando devolverles el abrazo a Ginny y a Lavender. Sonreía como podía mientras acomodaba sus gafas, que habían sido casi tiradas por la pelirroja. Luna también se había unido al abrazo rápidamente, murmurando entre jadeo cansados cosas que nadie más que ella había entendido.

Cuando las chicas se separaron de él, Draco sintió que al fin podía respirar en paz. No había estado frente a un conflicto de contacto humano desde hace días. Lamentablemente, su corazón parecía no querer dejar respetar, pues lo próximo que sintió alrededor de su cuello fueron los brazos de Neville, que lo estrechaba contra él, susurrando lo mucho que lo había extrañado.

–Sí, sí, también te extrañe– murmuró, envolviendolo también con sus brazos, y si las chicas vieron sus manos vendadas cuando sus mangas bajaron un poco, no lo hicieron saber, cosa que agradeció enormemente. Se sobresalto cuando escucho un sollozo por parte de su mejor amigo, sacando un bufido por parte de Snape –¡Oh, Neville! No te preocupes, ya estoy aquí. Vamos, tienes muchas cosas que contarme. Ustedes también, no van a salvarse tan fácilmente de mi...– su mirada cayó en Harry, que le miraba con una sonrisa tonta y adorable desde la puerta –Creo que tu también deberías venir con nosotros...

Luna y Lavender tiraron de Neville para separarlos. Draco sonrió encantado, ajustando sus lentes, poniéndose un poco serio cuando rozo ña áspera cicatriz.

Ginny le miraba nerviosa, Harry también, pero él no pareció querer acercarse como hizo la pelirroja.

Volvió a sonreír cuando sintió el tacto de sus dedos en su hombro.

–Vamos, debo ponerme al día con las tareas, esas cosas. No creo que ustedes estén bien faltando a clases solo porque yo estoy aquí...– dijo, apartándose de ellos para ponerse delante de todos, saliendo del salón sin siquiera mirar a Snape, quien frunció el ceño, levantándose para correrlos a todos de su despacho.

Neville y Harry intercambiaron una mirada preocupada, pensando que quizás todo estaba yendo de mal a peor.

°°°

Cuando Terry al fin vio a Draco, salto hacia él para abrazarlo con más fuerza de la debida.

Draco había reído un poco, pero cuando se separaron volvió a comportarse extraño, pasando sus dedos por su estómago, sin dejar de sonreír en ningún momento.

No hablo mucho después de eso, parecía estar más tranquilo estando callado, y cuando abría la boca la cerraba enseguida, acariciando la venda de su mano de vez en cuando.

Anthony llegó después de un rato, actuando aliviado cuando vio al rubio, pero no quiso ser muy intenso, así que prefirió guardar su emoción para otro momento.

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