capitulo 5

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Esa mañana lluviosa de lunes, suspiró tratando de mantener sus nervios en control y dejo entrar el aire veraniego en el auto.

Su padre salía muy temprano a su trabajo esos dias.

— Hola muñeca — Irina salió de su casa dando brincos de emoción y de forma estrepitosa acomodó sus brazos en la ventalla del auto — ¿Cómo te fue en tu cena familiar? ¿Tú abuela sigue siendo una cuarentona quejumbrosa?

No dejó que el chofer le abriera la puerta diciéndole que estaba bien.

— Fue...lo de siempre — colocó sus ojos en blanco — Espero que tengas algo mejor que contarme tú porque en realidad no hay mucho que decir sobre mi cena familiar.

La chica pelinegra entro en el auto pegándose a Verónica, rascándose la nariz y sonriendo de oreja a oreja —Puedes creer que mi novia Abey finalmente fue a mi casa para saludar a mi madre.

— Es bueno saber que una de las dos es feliz — Irina miró con preocupación a Verónica — Por favor se feliz por las dos.

—¿Pasó algo? Creo que en realidad no eres totalmente sincera — Tomó en un arrebato  la muñeca de su amiga — ¿Esa bruja de tu madrastra te está molestando de nuevo?

— Algo así...— la pelirroja aguzó la mirada — ¿Odiaste a tu padre cuando se casó de nuevo y además con la mamá de Ivan?

—¡SH! Es un secreto que somos hermanastros.

Respondió la pregunta para cambiar el tema — No me sentía cómoda. O sea, si me parecía un poco molesta la mujer, pero no la odiaba — Pusó su mano alrededor de su hombro — Princess debe ser porque eres muy unida a tu padre y sientes que ella te lo quitará.

— Si... — Inquieta miró fijamente a su amiga, se acomodó frente a ella — Escucha... Mi padre nunca me había presentado a ninguna mujer y tampoco daba indicios de que tuviera "citas" ¿Me entiendes? Pero cuando volví de mi viaje "vacacional" me encuentro con esa Barbie y solo descubro que en un año ya deseaba casarse con ella.

— No diré que no es raro...pero ¿Qué más da? A lo mejor piensa que te irás pronto y se quedará solo.

Lo analizaba por todas partes, pero sentía el picor en la garganta, sentía que lentamente se le anudaba el corazón; pensaba que su felicidad duraría toda la vida. Bajo su mirada, recordando lo feliz que era ella. Tal vez debía simplemente aceptar el hecho de que su padre no merecía estar solo.

"solo" ¿Cómo iba a estarlo si ella siempre pensaba que estaría a su lado? Claro que iría a la universidad, pero por supuesto que regresaría a su casa, junto a él.

— ¿Sabes que podría alegrarte? Que te parece si después de hoy vamos al salón—. Como Verónica no respondía ella empezó a hacer pucheros — Ay por favor... me gustan todas esas cositas y brillitos que ponen en mis uñas.

— Bueno...

Cuando ambas se bajaron del automóvil caminaron agarradas de gancho por la entrada y como era de costumbre ella pasaba saludando a casi todo el mundo.

Irina Pávlov era la chica más popular de todas; no era la primera de la clase, tampoco era un personaje famoso o asquerosamente rica, era una de esas personas que tenían una chispa deslumbrante, una persona que te caía bien desde el momento en que con sus delgados labios decía una sola palabra. Se llevó unos cuantos chicles de menta a la boca mientras se escuchaba el tintineo de los llaveros en su bolso al caminar.

Vio que Ian, una de las figuras atléticas estaba por besar a una chica y, metiendo sus narices donde nadie la llamaba; como siempre, los separo de golpe.

VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora