Nina estaba viendo televisión con su padre cuando la madre entró con una chica más o menos de unos veinte y tantos años por la puerta. Era la nueva inquilina de la casa, que al parecer pagaría por vivir en la habitación del sótano que había sido remodelado.
La mujer era policía y se trasladó a la ciudad porque al se había separado, buscando empezar una nueva vida—Es muy bonita—la mujer pecosa y de ojos marrones se removió los zapatos en la entrada apoyándose en la viga de madera.—¡Oh! Aquí no hacemos eso. No te preocupes. Pasa, pasa y sientete como en tu casa.
—Hola ¿Karenina? —La amplia sonrisa de ella era agradable, La mujer le estrechó la mano a la chica —Soy Giovanna. Trabajo en la estación de policía.
—Solo Nina.
—Bueno, Nina— Se rió.
—¡Ven, Giovanna! Tarde en encender la luz del sótano, tienes que jalar un poco fuerte. Compré colchas nuevas para ti.
Se aproximó a la puerta que estaba en medio de la sala para bajar y ver su dormitorio —Está bastante bien. Eh. Mejor que el cuarto del motel en el que me estaba quedando hasta mi primera paga.—Hay un baño en esa puerta que recientemente instalamos y aquí están las copias de la llave de la casa para que entres y salgas cuando quieras. —Las colocó sobre la mesa del centro — La alimentación viene incluida por lo que siempre puedes subir a comer.
—Muchas Gracias.
Entrada la tarde fue a ver a su nueva inquilina para llevarle un aperitivo. Le causaba un poco de curiosidad y vio el arma de la mujer sobre la mesa—¡Wow! ¿Es real?
—¿Qué crees?— Sonrió la oficial mientras acomodaba su ropa en el armario—¿Vas al instituto público de esta área?
—No. Quiero decir… voy a uno privado. En el Este de la ciudad; Instituto Roosevelt ¿Lo conoces?
—Tus papas si que te aman. Yo no pagaría algo tan costoso.—Ellos esperan grandes cosas de mi—se dibujó una línea en los labios. Era un poco mala fingiendo y la oficial la invitó a sentarse junto a ella.
Escuchó el sonido de su teléfono y lo ignoró por completo. A Nina le pareció una mujer sencilla y amable.
—Deberías contestar—La chica asintió y lo sacó. La foto de Verónica apareció en la pantalla. Volvió a ignorarla.
—Es mi mejor amiga, pero estos días no lo sé… ha estado actuando extraño.
La oficial la reconoció y curiosa por ayudar, deseosa de obtener información preguntó—¿Extraña?—Es una buena amiga ¡Eh! Solo la siento distante. Antes éramos más cercanas, cuando no había sucedido lo de Dimitri y lo de su madrastra. Ella me contaba todo y ahora no. Solo busca a Irina.
—¿Dimitri y su madrastra?
—La mujer aún no se casa con su padre, pero la odia. Tuvimos que viajar para conocer a su madre. Estaba engañando a su padre y resultó ser la hermana del entrenador que intentó abusar de ella. La drogó, casi la viola y al parecer Dimitri le tomó unas fotos y la trató de extorsionar.
Los ojos de la mujer, con total interés estaban puestos sobre ella. Creía que finalmente encontró algo bueno y que le ayudará en verdad con el caso.
La chica se percató de que hablaba de más y sonrió. Pensó en una excusa para irse.La oficial se metería a fondo con la investigación de esa extraña familia.
*
El dichoso dia de la fotografía familiar había llegado y Verónica se rehusó a usar el vestido de dama de honor, por lo que su padre le compró otro vestido color rosa pálido, que llegó el día anterior, se recogió un tramo de cabello de cada lado y lo agarró con pinzas dejando dos pequeños bultos sobre su cabeza y un maquillaje de dia, nada extravagante.
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Verónica
RomanceEran sus sentimientos prohibidos, tan inevitables; que los alentaron a probar los sabores agridulces de la profanación. Alexeil Arkádievich, sintió a su hija aferrarse, ella lloraba -te amo papá - y evitando que alguien la descubriera, él recubrió e...