Capítulo 20

2K 129 23
                                    

Nota autora: Deje una canción para acompañar el capítulo. Por si quieren escucharla. Es la que me da inspiración a veces.

*

Tomó la llave que estaba en el bolsillo de su pantalón y se aproximó al espejo que había en la pared, adherido a ella como si fuera parte de la madera abovedada. Con su mano tocó los ornamentos tallados del marco y luego la introdujo. Inmediatamente se abrió ante sus ojos.

La habitación del pánico. El corazón de la casa por donde habían puertas y pasadizos para salir y entrar de la mansión sin ser vistos. Incluso, se decía que bajo la mansión se aglomeraban laberintos subterráneos.

El bisabuelo de Alexeil contrato a los mejores arquitectos para construir esa mansión, que en su estructura base parece una arquitectura para cumplir los estándares del lujo y comodidad. En su interior una fortaleza que como una cebolla se envolvía en capas de piel, convirtiendo la casa en una muralla impenetrable.

Como ellos dos esconde sus secretos. Ni siquiera el mayordomo conoce los pasadizos, porque el misterio sobre estos pasillos es pasado a cada heredero. La llave maestra no tiene ninguna copia. En un principio no es al azar que esa mansión siga siendo la principal entre todas las casas Arkádievich.

Alexeil entró y había otra puerta negra, blindada y como los sistemas de seguridad modernos movió sus dedos sobre el tablero digital. Se abría automáticamente y al hacerlo, las luces se encendían por sí solas en un pasillo que parecía infinito.

Por supuesto, había sido remodelado durante años para estar a la vanguardia y la pelirroja lo siguió un poco curiosa. Incluso, ella solo tuvo una oportunidad de verlo una vez, cuando era pequeña.

Su padre se encontraba guardando su arma en la estantería donde había todo tipo de armas, fusiles, granadas e incluso un lanzacohetes ¿Quién rayos tiene una de esas cosas en su casa? -Hay armas como para un ejército- Soltó ella y él sonrió. Curiosa abrió una de las puertas y se encontró sorprendida al ver una habitación completamente llena de fajos de billetes.

-Somos bastante paranoicos- Su padre cerró la entrada de esa habitación, después de guardar todas las cosas.

Alexeil suspiró mientras bajaba por las escaleras que rechinaban débilmente mientras se movían rápido y la pelirroja era casi arrastrada por él hasta la entrada principal.

Una detective entró por la puerta observando el interior de la ostentosa mansión, trataba de no estar impresionada; imposible debido a su belleza.

-¿A qué debo este terrible placer? -las comisuras de Alexeil se ladearon.

La mujer sonrió -Soy la detective, Giovanna Blank -Extendió su mano para apretarla con la de Alexeil y no la tomó. - Veo que está un poco reacio.

-Si aparece a esta hora de la noche, solo para presentarse ¿Qué esperaba?

Ella no se había fijado hasta ese momento en la pelirroja que estaba al lado de él -Tu debes ser...Verónica -Con mucha tranquilidad, la chica asintió.

Le sorprendió la belleza de los dos, casi como un cuadro sublime; cargado de una belleza insoportable y delicada. Él era un hombre que solo se ve una sola vez en la vida y ella una chica encantadoramente dulce.

-¿Qué negocios tiene conmigo?

-El nombre Anne Stelvania ¿Lo recuerda? Tengo entendido que ella era su nana.

Suspiró -Sabe que si lo deseo no tengo por qué decirle absolutamente nada.

Ella levantó los hombros, despreocupada - Acabo de ver un tigre en su jardín. Eso es suficiente para avisar a protección animal.

VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora