Capítulo 29

1.4K 100 44
                                    

1986 Mansion Parisi

—¡Te amo! — Angieskra saltó sobre Leandro Parisi que tenía un ramo de rosas para ella. Recién había comenzado su adolescencia y ya lo adoraba porque desde pequeños sus familias siempre andaban juntas y él era guapo.

La chica jugueteó con sus pies y riendo se dieron su primer beso. Fue una experiencia bastante bonita para una niña de doce años.

—¡Leandro! —Su padre lo llamó.

Le agarró la mano a la delicada castaña y la jaló a tropezones hasta la casa.

—¿Qué sucede padre? — Estaba muy nervioso. Era la primera vez que veía a su padre en ese estado. Entonces un chico apareció por la puerta. Muy tímido.

—Él es Audrey...— suspiró —Es tu hermano. De ahora en adelante vivirá con nosotros porque su mamá ya no está.

—¿Cómo? —Era un chico bien parecido de quince años que tenía las manos en los bolsillos.

Buscó a su madre con la mirada y la vio llorando en el sillón. Al parecer acostarse con tantas putas dio frutos y su padre dejó embarazada a una de ellas.

Donato se quedó mirando embobado al muchacho con la pelota entre sus manos, junto a su otra hermana, Nicole —Ni creas que lo consideraré mi hermano. A ese bastardo.

Salió corriendo afuera y la niña se disculpó por el comportamiento de su novio, como si fuera su culpa también —Lo siento señor Parisi... iré a traerlo.

Ella fue tras él que estaba tirando piedras por el lago y haciéndolas rebotar sobre el cuerpo de agua—¡Que estupidez!

—Leandro... no deberías ser así. No tiene la culpa.

Le miró enarcando una ceja, disgustado —¿Qué? ¿Eres tonta? Gracias a ese bastardo mi mamá está llorando.

—Si... pero...Es tu hermano— la empujó al agua.

—Vete a tu casa Angieskra. Yo no te digo nada cuando te peleas con Fiodor y mira que yo te he apoyado. Él es mi mejor amigo y siempre me pongo de tu lado.

Ella tenía todo el vestido mojado, su cabello que tardó como dos horas en arreglar estaba hecho jirones y se enfadó porque ni siquiera le dijo que estaba bonito —A veces eres un total idiota, Leandro.

Le dijo mientras el chico se iba ensimismado. La señora Parisi le dio ropa de Nicole y llamó a su casa para que la recogieran.

Estaba en el recibidor sentada esperando frente al muchacho que viviría en esa casa. Parecía incómodo —¿Tú también eres hermana mía?

Ella sonrió —No. Soy la novia de Leandro— La chica recordó como la lanzó al lago y se enojó— Cuando no se porta como un tonto.

Audrey también vio que tenía el cabello empapado e imagino que todo terminó en una pelea. Eran niños jugando a ser adultos. La niña esa mañana tenía el cabello bien arreglado y un vestido de la tela más fina que había visto en su vida.

Seguro de que la cara afligida de ella era debido a eso. La animo.

—Te veías muy bonita esta mañana. Ese peinado te quedaba muy bien.

Los ojos de ella brillaron y se dirigieron con mucha atención al rostro del muchacho. Angieskra pensaba que la cara más bonita de esa casa era la de Leandro. Pero este chico era por mucho mas guapo, como un dios griego. Sus mejillas se enrojecieron —Tú también....—Susurró. Se aclaró la garganta un poco, recuperando su propiedad —Tú también eres muy bonito.

VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora