capítulo 35

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Hubo un tiempo en el que se hablaba de los Arkadievich como unos locos.  Una de las hijas del líder de la familia: Stelvania. Tenía unos serios problemas psicológicos y  se le envió a un lugar psiquiátrico por un tiempo, años y ya ni siquiera tenía buena imagen de su familia.

—¡Stela! —la llamó su mejor amiga mientras daba un paseo por los jardines y vio a la ojiazul ensimismada en los rosales con su cabello cobrizo brillante bajo la luz.

—Anne— la abrazó —¿Cuando te dejaron salir? Me enteré apenas hoy que te darán de alta.

Una sonrisa suave  se vislumbra en su mirada y con timidez empezó a hablar. Aunque Stela fuera su mejor amiga seguía siendo una Arkadievich. Una mujer que le haría daño de ser necesario porque ellos eran malvados. Eran una familia terrible y Anne era testigo de ello.

—Dime ¿irás con mi familia? —La sacó de sus pensamientos y se miraron con suavidad mientras Stlevania agudizó sus sentidos para encontrar dudas o flaqueos en la chica que era menor a ella. Se ruborizo por la voz suave pero decisiva.

—Esto…aceptaré el trabajo como mucama en tu casa.

Puaj. Se vio la cara de desagrado de Stelvania que se tambaleó con mirada torva y retorcida —No es mi casa, me engañaron igual que a ti— luego de recuperarse siguió codo a codo a Anne— pero… recuperaré mi lugar como líder de la familia y también, debemos encargarnos de quien te hizo daño Anne…

La jovencita dudo.

—Anne—la tomó del brazo al ver su duda—¿Qué es lo que quieres?

—Ser feliz Stela, ser feliz— la Arkadievich sonrió con ternura arrugando sus ojos color azul cristalino y acomodando el moño de Anne con cuidado.

—Todos queremos eso— la agarró de las manos—Cuando salga voy a ayudarte. Eres mi mejor amiga— y la agarró un poco más fuerte, con decisión— lo obtendremos. Yo buscaré la forma de que seas reconocida. Por ahora no puedo. Sin embargo, vamos a lograrlo.

—¡Si! —Acepto Anne.

—Claro, eres como una hermana para mi…la hermana que nunca tuve…

Se fue dando saltos de alegría la castaña de ojos verdes muy emocionada por su futuro mientras Stelvania sonreía de forma malévola cruzándose de brazos completamente lista para empezar su venganza y sonrió ¿Hermanas? Que asco ser la hermana de una pordiosera como tu… 

Los dedos rozaban los capullos sin abrir de las rosas, sus ojos solo podían ver claramente un futuro en el que ella era la líder de la familia y los demás aridian bajo su mano.

Anne estaba ansiosa por trabajar en la casa Arkadievich y hacerlo bien, sabía que el pasado era algo que no podía cambiar y era optimista.

—Cuidaras a mi hijo… es un chico muy introvertido así que limítate a hacer tu trabajo. Casi todas las nanas que pongo a su disposición son odiadas por él y no te molestes si es grosero. Haz tu trabajo— Angieskra Arkadievich era extremadamente imponente como todos los de esa familia—Recuerda. No te pago para caerle bien, sino para  hacer lo necesario para disciplinar a mi hijo ¿entendido?

—Si.

Un niño entró por la puerta con las manos en la espalda y muy callado miró a su madre con ojos anhelantes —Madre— vio luego a la chica —Señorita Swim.

—Es un placer…— le devolvió con una sonrisa la mirada inocente.

—Ella será tu sirvienta Alexeil… procura que esta no se marche.

VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora