capítulo 25

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Giovanna Blank. Espero a la entrada del cementerio. Su cuerpo estaba apoyado en el auto de policía. Buscaba a una pelirroja de apariencia de muñeca. Pronto la vio con un vestido negro y unos tacones bajitos, moviéndose en su dirección.

—¡Verónica!—la llamó y la pelirroja muy enfadada se acercó. El guardaespaldas iba a intervenir, ella lo detuvo.

—Se puede saber ¿Qué quieres?

A la oficial le parecía una chica bastante bonita y necesitaba indagar —Tu tigre está en un zoológico cercano. Me dijeron que es muy manso para estar con otros de su especie.

Verónica sabía que la estaba provocando. Buscaba una forma de desestabilizarla. La miró frente a frente, sin titubear —Gracias. Ya estaba informada sobre eso y tal vez, haga una donación para que le den un espacio más grande a Belial.

—El dinero sucio, al final sigue siendo dinero ¿No es así?

Era inadmisible ,ese terrible trato que estaba recibiendo, se mordió la lengua para no afilar su boca —¿Por qué estás aquí?

Miró al cielo, luego a la chica —He venido porque quería que habláramos. Además, uno de los Arkádievich desapareció del mapa— sonrió mostrando sus dientes perfectamente cepillados.

—Mi padre está en un viaje de negocios— Se dio media vuelta, camino al auto que esperaba, estacionado cerca de ella.

—¡¿Qué sabes sobre tu madre?!—Alzó su voz en el silencioso lugar donde apenas estaban ellas dos, en esa mañana teñida en colores rosas y naranjas —Cuando investigaba el centro psiquiátrico. Escuche que ella enloqueció y asesinó a tú padre. Tiempo después se suicidó ¿no es así?

—¿A dónde quieres llegar con todo esto?— se cruzó de brazos lista para subirse.

—Es extraño ¿Sabes? Se dispararon dos balas y solo la que le sacaron del cuerpo a tu madre fue encontrada, la de tu padre no. Entonces, mi teoría es que alguien más lo mató.

Ella se acercó, estaba sobrepasando el límite —Mira. No sé de donde sacas esas conclusiones, pero incluso si fuera verdad ellos eran unos drogadictos, locos y mi madre una psicótica.

— ¿Eres pelirroja natural? — la chica parpadeo echándose hacia atrás— ¿Tu madre era pelirroja como tú? ¿Quién te dijo que se suicidó?

Verónica se volteó. No seguiría con esa estúpida conversación y le lanzó un hueso. Divide y vencerás — La mujer que se suicidó, la que encontraron. Ella no era pelirroja natural.

Se subió al vehículo, sus dedos temblaron. Hace mucho no pensaba en su madre. No lo entendía. No tenía sentido ¿Por qué Alexeil le dijo que se suicidó? De niña fue a un funeral.

¿Para obtener la custodia completa? No. De todas formas su madre era incapaz de cuidarla. Sería acusada de negligencia, abandono y de un montón de cosas más.

Pero y si en verdad él mató a su padre. Si en realidad lo hizo entonces su madre podría hablar ¿Mató a su madre después de dejarlo como tutor legal de Verónica?¿Ella iba a abrir la boca? La mente le daba tantas vueltas que subió a su cuarto y se metió dos pastillas para la ansiedad.

¿Cuántos disparos escucho? Dos, uno, dos, uno y así se quedó dando vueltas en la cabeza.

Los recuerdos de su padre, los recuerdos de su madre y en un cajón. En una pequeña caja sacó fotos que nunca miraba y en una observó la imagen de su madre.

Eran parecidas, sin duda eran muy parecidas. Labios carnosos como duraznos, ojos esmeralda, cabello rojo y una piel blanca ligeramente bronceada. Era totalmente liso su cabello y el de ella se ondeaba en la parte baja. Por otro lado, su madre tenía pecas y ella no.

VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora