Freya: la diosa del amor y la belleza. Los muggles griegos erróneamente la llamaban Afrodita y los romanos Venus. Tras los juicios de brujas se casó con un muggle inglés, Charles Myers y durante cinco generaciones su decencedencia consistió en un ún...
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La gente corría de un lado a otro buscando a sus familiares y amigos. Entre todo, en medio de aquel atropello de gente, Draco se negaba a separarse del cuerpo Birdie. Quería unos segundos más junto a ella, sin saber que en un espacio y tiempo paralelos al suyo, la vida de Freya aún pendía de un hilo.
— Bienvenida, Freya.
La castaña se levantó rápidamente, no había rastro de ninguna herida o moratón. Solo sentía paz. — ¿Dónde estoy? ¿Estoy muerta? ¡Claro que estoy muerta! El suelo se ha derrumbado. — el anciano ante ella parecía estar esperando en vano a que se calmase o, tal vez, parase de hablar. Entonces la imagen de Draco gritando su nombre entre lágrimas llegó a su retina. — ¡Draco! Él, él está en la batalla por mi culpa, él no quería estar ahí. Si le pasa algo por mi culpa, yo...
— Suficiente. — le interrumpió el anciano.— En primer lugar, aquel muchacho quería estar ahí. Ahora pasemos a lo importante. Enhorabuena, Freya.
— ¿Disculpe? — preguntó atónita. — He muerto, ¿me felicita por eso?
Una mujer de mediana edad entró en la luminosa sala — No has muerto, querida, ¿o acaso crees que los dioses pueden morir? — dijo con una cálida sonrisa.
— ¿Freya? — la joven no podía creer lo que veía. Frente a ella estaba la mujer cuyo nombre llevaba, cuyos poderes había heredado. Entonces regresó la mirada al anciano. — ¿Merlín? — cuando el hombre asintió estuvo a nada de necesitar recargarse sobre algo para no caer. — Entonces si no he muerto, ¿Qué hago aquí?
— No saberse su propia profecía debería ser delito, niña. — acusó Merlín antes de hacer aparecer unas letras doradas, como grabadas en el aire.
"La magia divina de las antiguas hechiceras perdurará. Será transmitida de generación en generación, mas pasarán varias décadas hasta que las distintas diosas sean reencarnadas en una de sus descendientes. Su deber será ayudar al los humanos marcados por el destino, para así pagar la deuda con Merlín."
Fue entonces cuando la hufflepuff desconfió del anciano, ¿qué quería de ella? — ¿Qué clase de deuda?
— Nuestros poderes, Freya. — explicó su tocaya.
— Noto las almas gemelas de los demás, más que poderes es como jugar a ser cupido, ¿Qué debo por eso?
— No has entendido nada, ¿verdad? — bufó en anciano con cansancio — Yo, Merlín, concedí dones a siete brujas excepcionales al rededor de todo el globo terráqueo con un único objetivo: mejorar vidas. La primera generación de brujas con poderes divinos se vio interrumpida por los juicios de brujas, pero por lo que he visto tu generación no va nada mal. — asintió orgulloso — Freya, la diosa del amor. No eres como dices un simple cupido. Seas consciente o no de tu verdadero potencial, es mucho mayor: tienes la capacidad de enseñar a amar a aquellos que nunca han sido queridos, puedes hacerles sentir, darles esperanza.
