Freya | Draco Malfoy

xxix. Malfoy Manor

- ¡Draco! ¿Es él? - El rubio miró al que evidentemente era Harry Potter.

- No, n-no estoy seguro.

- Acércate más, querido. Asegurate.

- ¿Qué le ha pasado en la cara?

Todo pasó muy rápido, en cuestión de segundos Bellatrix vio la espada de Gryffindor y se abalanzó alterada hacia las chicas.

- ¿De dónde la habéis sacado? ¿Habéis entrado en mi bóveda?

- N-no, señora es-esto es un error...- logró decir la hufflepuff.

Primero torturó a Hermione. Seguido tomó a Birdie y la tumbó con brusquedad en el suelo. Ella sollozaba y pataleaba tratando de soltarse, junto a ella Hermione ya se encontraba medio desmayada.

- Tía... ¿no crees que ya es suficiente?- preguntó Draco reteniendo las lágrimas al ver a la chica que amaba sufrir.

Bellatrix soltó una carcajada- No seas débil, Draco. Es una sangre sucia inmunda, crucio. - gritó apuntando a la castaña ahora rubia.

Draco iba a intervenir, pero Narcissa puso un mano en el hombro de du hijo, deteniéndole.

- Solo lo empeorarás, elige el momento.- susurró.

Al no poder hacer nada, Draco miró al suelo con impotencia escuchando los gritos de dolor de Birdie. Se limpió una lágrima fugaz con rapidez. Cuando su tía se cansó de torturarla, la dejo tirada en el suelo para volver con Hermione.

- Llévala con los otros, esta no dirá nada.- dijo con desprecio.

Rápidamente Draco se acerco a Birdie y disimuladamente le ayudó a levantarse, cuando estuvieron fuera de la vista de los demás la cargó entre sus brazos, ella estaba demasiado débil.

- Birds...- le llamó acariciando su mejilla- Perdóname.- lloró en silencio- Te juro que de todas las personas, eras a la única que no quería lastimar.

- No ha sido tu culpa, sé que no podías hacer nada sin antes recibir un crucio.- logró murmurar alzando la vista para encontrarse con esos ojos que tanto había extrañado- Al menos has cumplido tu promesa, estás vivo.- sonrió con tristeza.

- Debiste huir. Lo prometiste.- dijo con rabia.

- Si lo hubiese hecho no te habría visto.- bromeó.- Bájame, ya estoy mejor...

- Que tonta eres.- susurró con una sonrisa tomándola de la cintura.- Recuerda que te quiero.

- No, no me hagas esto. Ven conmigo.- murmuró la hufflepuff reteniendo las lágrimas.

Al llegar junto a la celda, Draco abrió la reja encontrándose con Harry y Ron. Desde ahí escuchaban los gritos de Hermione.

- Escuchad, tenéis que salir en un par de minutos. Que uno de vosotros me desarme, no me defenderé.- explicó.

- ¿Por qué harías eso?- preguntó Ron cruzándose de brazos.

- Porque sé que Birdie estará a salvo con vosotros.- suspiró frustrado, no le gustaba la idea pero era lo único que podía hacer por ella, hacerse a un lado- Si la sacáis de aquí con vida haré lo que sea.

Birdie, ahora en brazos de Harry trató de acercarse a Draco. - No, no puedes quedarte aquí... te matarán si se enteran de que nos has ayudado.

El rubio se acercó a ella, se le veía débil. Sus delicadas pecas estaban cubiertas de sangre y barro; sus preciosos ojos miel, llenos de lágrimas y su sonrisa, oculta tras el dolor. - Y si no me arriesgo te matarán a ti.

Dobby apareció en ese como había acordado momentos antes con Harry.

- Dobby, saca a Luna, el señor Olivarder, Eira y Birds de aquí.- pidió el gryffindor.

- Espera. Llévales a ellos, yo necesito un minuto.- pidió mirando fijamente los ojos grises del slytherin.

El elfo se desapareció con los tres primeros. Entonces Draco sin alejarse de la castaña, le acomodó el cabello tras la oreja y juntó sus frentes momentáneamente antes de mirarla a los ojos- Saldremos de esta con vida.- le susurró antes de besarla cortamente.

- Draco...

- Malfoy, no tienes porqué quedarte aquí.

- Potter.- dijo el rubio desconfiado.- ¿Por qué te importa?

- A Birdie le importas.- le corrigió.

Draco subió en silencio, sabía lo que pasaría a continuación: el trío de oro huiría y él sería castigado.

En cuestión de segundos Draco había sido desarmado, Bellatrix sujetaba a Hermione con la varita al cuello y todos, expectantes, vieron a Birdie salir de las escaletas para atacar a Bellatrix.

- ¡Freya! Dobby debía volver a por ti.- gritó Harry.

- ¿Y dejaros aquí? No lo creo.

En cuanto Hermione huyó hacia Ron, Bellatrix tomó a Birdie por el brazo, aproximándole la varita al cuello. - Quietos todos o le mato.

Draco se vio obligado a reprimir un grito, debía esperar al momento indicado.

- Haz lo que debas hacer. Te quiero hijo. - dijo Narcissa en la mente de su único hijo.

- Llévame a mi, pero suelta a Birdie.- intentó Harry.

- Birdie, que nombre tan muggle.- rió Lucius.- Querrás decir Freya. Ya tenemos a otra de las portadoras de magia divina, no eres el centro de todo, Potter.- dijo escupiendo con asco cada palabra.

- ¿Para qué las quieres?- preguntó Harry furioso.

Bellatrix, sonriendo cínicamente respondió. - Mi señor absorberá su poder divino, su esencia vital.

Al escuchar aquello, Draco intervino - ¡No te atrevas a tocarla!- dijo furioso en dirección a su tía- ¡Potter!- exclamó antes de lanzarle su varita que descansaba en el suelo.

- ¡Draco!- gritó su padre alarmado.

El salón de la mansión Malfoy se convirtió en un caos, los hechizos volaban de unos a otros. Entonces apareció Dobby, que soltando la lámpara colgante, logró que por unos instantes Bellatrix soltase a Birdie.

- Draco. - logró decir la hufflepuff mientras el rubio llegaba a ella recogiéndola entre sus brazos. Hundiéndose en un abrazo que se vio interrumpido durante unos segundos por la aparición de Dobby. Un abrazo que, al llegar sus cuerpos junto a la playa, retomaron para no soltarse.

No sabían en que momento había pasado, pero no eran capaces de renunciar el uno al otro. Draco acababa de exponerse, de huir de su vida progamada, por primera vez había decicido seguir a su corazón. Birdie había arriesgado su vida para ver al rubio unos instantes más. Sabía que nunca huiría con Harry, pero ¿y con ella? Al parecer sí.

....

Siento muchísimo no haber actualizado, pero he estado trabajando en algo: la semana que viene haré un maratón de "Freya" en el que intentaré terminarla. ❤

¿Qué historia preferís que actualice antes del maratón?