Freya | Draco Malfoy

v. la sala común

Las siguientes semanas habían sido muy tranquilas, Birdie se había distanciado bastante de Derek aunque no había terminado su "relación" todavía, se había excusado diciendo que quería centrarse en sus estudios. Draco estaba bastante distante con todo el mundo, sobretodo con la dulce hufflepuff, ya que le hacía evadirse de la realidad de una forma casi mágica y debía centrarse en su misión.

— Te amo.

— Gracias.

En ese momento, Freya que tenía la corbata atada en la cabeza empezó negar entre risas, el fuerte de Scarlett no era expresar sus emociones, hacía dos días Hannahh le dijo "me gustas" y lo único que supo responder fue "sí, a mi también me gusta mi estilo". Así que la castaña trataba que su amiga fuese más abierta a cerca de sus sentimientos.

— Creo que eso es aún peor, vamos a intentarlo de nuevo. Te amo.— dijo tomando un trago a la pequeña botella de whisky de fuego, Scarlett tenía claro que a su amiga iba "contentilla" desde hacía más de una hora.

— Yo también.— respondió aguantando las ganas de reír.

— ¿Tú también te amas?— preguntó echándose a reír de nuevo.

— Que bien me conoces.— dijo la morena riendo.

— Te imaginas, "Te amo" "Oh, sí, ya me he dado cuenta".— dijo aún entre risas.

— Para o te haras pis de la risa, ¡Freya! ¡Para!—dijo aún riendo.— ¿Pero sabes qué es aún peor? ¿Qué se supone que dices después de un beso? ¿Gracias?

— ¿Excelente servicio?— preguntó riendo dejandose caer hacia atrás en la cama.

— Myers deberías irte pronto.

— Oh, Pansy, vamos. ¿A quién molesta aquí? Si dormimos las dos solas... ¿o es por eso?—preguntó guiñándole el ojo a la pelinegra.

— Calla, Scarlett.— dijo mirando a otro lado ocultando su sonrojo— Os doy media hora más, Snape me matará.

— Gracias, guapa.— dijo la morena lanzándole un beso.

— Veo que ya no te cuesta tanto.— se burló la castaña riendo.

— Calladita que tenemos que pensar que hacer con el gryffindor ese.

Pansy salió roja de su habitación, era normal que la chica Zabini bromease con esas cosas, pero últimamente se le estaba haciendo más difícil contenerse.

— Parkinson, ¿qué te ha hecho mi hermana?— pregunto burlón Blaise.

— Ahí dentro hay una hufflepuff, Zabini.

— ¿Está la tejoncita?— preguntó llamando la atención de Draco, quien leia atento un libro sobre armarios evanescentes.

— Viene casi todas las noches.— bufó rodando los ojos.

— ¿Qué? ¿Impide que coquetees con Scar? ¿Para qué quererla a ella si tú y yo ya estuvimos juntos una vez?

— Oh, cielo, ella besa mejor.— dijo con superioridad antes de alejarse de ellos.

— Eso ha dolido, hermano.— se rió Theo.

Escucharon ruidos provenientes del exterior de la sala, Draco como prefecto salió a ver que ocurría. Al abrir la puerta se encontró a la ultima persona a la que quería ver, un gryffindor repugnante.

— ¿Qué coño haces tú aquí?

En una de los dormitorios, una slytherin y una hufflpuff debatían distintas soluciones para acabar con el problema gryffindor.

— Deberías cortarle y ya está, ¡ni siquiera tenéis algo formal!

— Lo sé... pero ¿cómo? Siempre que lo intento me esquiva.

— Eso es porque eres muy blanda, cielo.— rió la morena.

— Simplemente díselo, sin rodeos.

— Suena fácil.— suspiró.

— Lo es, ya verás.— la abrazó— Ahora vamos, te acompaño a la puerta.

Al llegar a la puerta, Birdie casi suelta un grito al ver al rubio de slytherin y al castaño de gryffindor a punto de golpearse. Theo trataba de separarlos y Blaise, por el contrario, estaba animando a Draco, consiguiendo un zape de parte de su hermana. Antes de intervenir, la mente de Birdie se inudó de preguntas, la principal fue el porqué Draco parecía siempre protegerla. Se habían hecho amigos hacía poco más de unas semanas y aunque siempre se saludaban, él parecía evitarla. ¿Por qué ahora la defendía si llevaba sin hablarle dos semanas? ¿Por qué se comportaba así?