Freya: la diosa del amor y la belleza. Los muggles griegos erróneamente la llamaban Afrodita y los romanos Venus. Tras los juicios de brujas se casó con un muggle inglés, Charles Myers y durante cinco generaciones su decencedencia consistió en un ún...
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— Señor Malfoy, usted no es un asesino.
— ¡No sabe nada de mi!— sollozó.
— Puedo ayudarle.
— No necesito su ayuda. Tengo que matarle... o él me matará a mi.
— ¿Qué hay de la señorita Myers? ¿Le perdonará cuando sepa lo que piensa hacer?
Draco comenzó a bajar la varita— No meta a Birdie en esto.— la joven permaneció en su mente por unos segundos, Dumbledore tenía razón... no se lo perdonaría.
— Freya, ¿no es así? Muy curiosa la mitología muggle, señor Malfoy, pero no tanto como las leyendas de las antiguas hechiceras.
— ¿De que habla? No me cuente historias para niños.
— No porque sean leyendas significa que sean inventadas, señor Draco. Debería leer sobre el tema, muy educativo. Voldemort sin duda ha leído todas ellas.
Todo pasó muy rápido, en cuestión de minutos los pasillos de hogwarts se habían convertido en un campo de batalla. Birdie corría por los jardines siendo perseguida por un mortífago... entonces vio a Draco corriendo junto a Snape. Sus miradas se conectaron durante unos segundos poco antes de que una maldicion rozase a la castaña. Esa fue la última vez que se vieron, mientras el rubio era arrastrado por Snape evitando que fuese a ayudar a su chica.
Tras la inesperada batalla Birdie caminaba sin rumbo por los pasillos de la escuela, había peleado con unos mortífagos ella sola y había acabado bastante herida. Entonces vio a Neville Longbottom, según lo que había oído había salvado a Ginny y Luna, había estado magnífico. Al acercase un poco pudo ver a una rubia aferrada al muchacho.
— Birdie.— la llamó Eira al verla corriendo hacia la castaña— ¿Dónde estabas? Te hemos estado buscando.— Al llegar junto a ella, la francesa la abrazó momentáneamente y se alejó mirándola preocupada, la castaña tenía sangre en el rostro y varios moratones—Por Merlín, ¿te has visto? Tenemos que curarte, ven conmigo, mi hermana está en la enfermería con los Weasley.
— ¿Cuándo has venido?— preguntó la hufflepuff.
— En cuanto me enteré del ataque. — respondió caminando junto a ella— Nev, amor, tengo que llevar a Freya a la enfermería, ¿vienes?
— S-si.— sonrió levemente sonrojado, desde que la francesa había llegado había estado muy cariñosa con él, incluso más de lo normal. Tantos meses sin él habían sido complicados.
— ¿Cómo has llegado tan rápido? ¿Dónde estabas?— preguntó Freya intrigada. Era imposible que la noticia hubiese llegado a Francia tan deprisa.
— Ya te lo contaré...— susurró para que el gryffindor no le escuchase.
Tras horas de reposo Freya había buscado a Harry por todo el castillo, había oído a los Weasley hablar sobre lo ocurrido en la torre de astronomía y que Harry había visto todo. Lo que más llamó su atención fue escuchar el nombre del rubio, nadie le quiso decir que había pasado.
