Freya | Draco Malfoy

xxv. la boda

— Por favor... por favor Birds contesta.— decía una y otra vez Draco con frustración.

Sabía que le había pedido a la hufflepuff que abriese el paquete en situación de emergencia, ¡aquello era una emergencia! Claro que su chica aún no lo sabía. Envió otro mensaje a través de la moneda encantada, era uno de los objetos que le había entregado a Birdie para poder comunicarse con ella si las cosas llegaban a torcerse demasiado.

"Van a atacar la madriguera esta noche- DM" era el mensaje que había enviado y que, al no recibir respuesta en toda la mañana, escribió nervioso en un pedazo de papel. Esperaba que aquel mensaje le llegase a Birdie, quería decirle tantas cosas. Habían pasado muchas semanas desde su despedida y ni un día en el que no pensase en ella. Quería poder escribirle todo lo que sentía, que solo deseaba verla y besarla de nuevo... pero sabía que no podía. Le entregó la nota a su lechuza y la mandó con la esperanza de que le llegase a la castaña y que no fuera interceptada por ningún mortífago o pronto estaría muerto.

— ¿Qué crees que estás haciendo?

A kilómetros de la mansión Malfoy, la joven estaba preparándose para la boda de Bill y Fleur, aunque amaba ese tipo de celebraciones Eira le habia tenido que insistir para que asistiera. No tenía ganas de nada, solo quería centrarse en su misión y terminar lo antes posible para regresar con su familia. Temía por la seguridad de su hermano, pero ahí estaba: recibiendo a la familia de la novia, recién llegados de Francia.

— ¡Birdie!

— ¡Demeter!— gritó corriendo hacia la castaña recién llegada.

— Te he extrañado.— dijo la francesa cuando finalmente se abrazaron.

— ¡Demeter!— gritó entonces una rubia corriendo a abrazar a su mejor amiga.

— Eira mi amor.— exclamó dramáticamente abrazando a la Delacour.

— No sé si ofenderme.— bromeó uno de los gemelos Weasley apoyado en el marco de la puerta de la madriguera.

— No seas estupido, zanahorio.— dijo Demeter rodando los ojos antes de caminar en dirección del pelirrojo y besarle.

— ¡Consiganse una habitación!— bromeó Ginny a lo lejos.

— ¿Quieres que sigamos por ahí, hermanita? ¿Qué tal el desayuno hoy?

Ginny Weasley se marchó sonrojada a saludar a algunos de los recién llegados. El ambiente de celebración reinaba en la madriguera, pero la mente de Freya solo tenía espacio para dos cosas: su familia y Draco. Había estado muy preocupada por sus familiares, pero incluso más por Draco. No sabía nada de él desde hacía semanas y ni siquiera sabía si seguiría con vida, aunque sentía que sí.

Sus esperanzas se reafirmaron cuando ya a mitad de boda salió de la carpa para estar sola, no tenía con quién bailar y solo veía a Eira y Neville bailar y a Harry, Hermione y Demeter bailar cada uno con su Weasley... ella estaba sola. Entonces una nota llegó a sus manos. Decía que atacarían la madriguera y que abriese el paquete, ¡era de Draco! Él estaba con vida y su preocupación pasó a ser otra, ¿cómo que atacarían la madriguera?

— ¿Qué haces Draco?— repitió Narcissa cruzada de brazos mirando a su hijo.

— Nada.

— Draco Lucius Malfoy Black.— dijo molesta.

— Y-yo...

— Es esa chica, ¿no es así?— preguntó entre molesta y preocupada— Ya lo hablamos hijo, te matarán y a ella también.

— No lo entiendes, madre.— intentó explicarse.

— No. Parece que eres tú el que no entiende lo que supone-

Draco interrumpió a su madre— La amo— espetó con frustración— Llevo sin recibir noticias suyas semanas y la última vez que me vio fue huyendo como un cobarde. Tú eres la que no lo entiende.— terminó de hablar abandonando la habitación, dejando a su madre perpleja y avergonzada.

(N/A: gracias por vuestra paciencia, como ya dije estoy de exámenes y voy a ir actualizando cuando pueda... ¡Gracias por los 58k! Os amo❤)