i. la tarta

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— Te deseo lo mejor, Malfoy

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Te deseo lo mejor, Malfoy.— ironizó con rabia Millicent Bulstrode antes de salir del gran comedor hecha una furia.

Definitivamente romper con ella frente a toda la mesa de slytherin no había sido una buena idea, que se lo dijeran Draco pues su mejilla no había estado tan roja desde que Hermione Granger le había golpeado en tercer año.

Por fin has terminado con ella, estaba loca.— dijo Blaise mientras daba un mordisco a su tostada.

Sí... aunque eso no ha sido muy cortés, ya sabes, frente a todos.— comentó Theo.

Draco ignoró a sus amigos y continuó bebiendo su café de mala gana, su mente solo pensaba en cómo demonios iba a arreglar el dichoso armario.

A tan solo una mesa de distancia se encontraba una dulce castaña, ajena a todo el drama en la mesa de las serpientes, decidió llevarle un trozo de tarta a su mejor amiga.

Cuando ya estaba a unos sitios de distancia de ella le saludó alegremente, no llevaba idea de quedarse por mucho tiempo en esa mesapues aunque ella siempre era agradable con ellos, los de slytherin siempre le molestaban. Lo que no entraba en sus planes era que una furiosa Millicent le empujase, haciéndole derramar toda la tarta.

Oh, por Merlín. ¡Lo lamento tanto! — dijo dispuesta a ayudar a limpiar la mancha, mas cuando alzó la vista encontrándose con un par de ojos grises no supo como contener su nerviosismo— Y-yo no vi por donde iba y yo b-bueno s-solo... Scarlett y chocolate y tarta.

— ¿No sabes hablar?—la interrumpió bruscamente Draco Malfoy, limpiándose la túnica.— ¿Lo mejor? Seguro.— murmuró con rabia para si mismo, después alzó la vista para ver quién era la responsable.

Birdie estaba hecha un manojo de nervios, tomó una servilleta y desesperada trató de limpiar la túnica.

Y-yo puedo pagarla o limpiarla, sí eso, si me la das estará lista en... ¿dos días?— sonrió tímidamente mirando al rubio.

El chico, quien inicialmente estaba furioso, simplemente se dedicaba a analizar atentamente a la hufflepuff, se percató de los leves hoyuelos que hundían sus rosadas mejillas, su pequeña nariz llena de pecas y sus profundos ojos color miel, cada parte de ella desprendía ternura y amor, extrañamente le resultaba familiar.

¿Dos días?— preguntó con una ceja alzada?— Fregotego.— dijo apuntando con su vatita a su túnica, limpiándola en un segundo.

Birdie asintió algo confundida, esperaba insultos tal vez incluso un maleficio, pero eso le sorprendió. Aprovechando la inusual amabilidad del chico, se alejó antes de darle tiempo a cambiar de opinión.

Ah, y chica hufflepuff.— le llamó. La castaña suspiró con frustración antes de girarse.— La próxima vez puedes hablarme como a una persona normal, no muerdo.

Trató de contener la risa— ¿La próxima vez que te tire tarta por encima?— bromeó entre risas, arrepintiéndose al ver el ceño fruncido del rubio. Sonrió inocentemente y se alejó corriendo para lanzarse riendo sobre Scarlett Zabini.

¡Freyita! Ya te estaba esperando.

Por primera vez en mucho tiempo una pequeña sonrisa se apoderó del rostro del joven Malfoy. No sabía quien era la muchacha, pero lo averiguaría.

Freya | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora