Freya: la diosa del amor y la belleza. Los muggles griegos erróneamente la llamaban Afrodita y los romanos Venus. Tras los juicios de brujas se casó con un muggle inglés, Charles Myers y durante cinco generaciones su decencedencia consistió en un ún...
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La última semana de octubre llegó, trayendo consigo la fiesta anual que organizaban los slytherin en su sala común. Nadie fuera de esa casa sabía de la fiesta, pues era exclusiva para los slytherin y las parejas de otras casas.
Los rumores sobre una posible relación entre el príncipe de slytherin y la adorable hufflepuff se avivaron durante el mes. Tal y cómo Draco le había dicho a Scarlett que haría, pasó mucho tiempo con la castaña conociéndola. Cada vez que descrubría algo nuevo a cerca de la chica quedaba más cautivado, prácticamente ya sabían todo el uno del otro. Lo único que Birdie había decidido ocultarle fue sus "poderes" no quería que Draco se alejase de ella o algo similar, además, aún no estaba segura de si a él solo estaba con ella por alguna atracción extraña de los poderes que no aún sabía controlar.
Aquel lunes por la tarde nuevamente se habían reunido en el dormitorio de Draco, donde nadie les molestaba. La semana anterior Birdie había pasado mucho tiempo con Scarlett y Hermione así que a penas se habían visto. Además, el domingo quedó con Harry, quien insistió en que Draco era un mortífago ganándose un zape por parte de la hufflepuff.
— ¿Necesitas ayuda?— preguntó Draco con una sonrisa juguetona al ver a la castaña tener dificultad con pociones.
— Demasiada.— río sentada junto a él en la cama.
— Deja.— dijo tomando el libro para leer el párrafo.— Es muy sencillo, simplememte tienes qué...
Le explicó la elaboración de la poción, intentando explicarse adecuadamente, sabía lo importante que las calificaciones eran para ella.
— Gracias, eres el mejor.— sonrió ampliamente apuntando varias cosas en su pergamino.
Siguieron trabajando, en un momento sus manos se juntaron al ir a coger al mismo tiempo una pluma. Cuando Birdie fue a retirar la mano sonrojada Draco se la tomó suavemente haciéndo que le mirase.
— Birds... ¿tienes algo que hacer el viernes por la noche?— preguntó con falsa seguridad.
— ¿Dormir?— bromeó confusa.
Él rodó los ojos, estaba nervioso y los chistes malos de Birdie no le ayudaban. Sabía que irían juntos a la fiesta de navidad de Slughorn y eso ya le había estremecerse, ellos prácticamente nunca estaban juntos en público y no quería que falsos rumores llegaran a su padre por acudir con ella a esas fiestas, pero realmente le apetecía ir con ella.
— ¿Quieres venir a la fiesta de halloween conmigo? Es una tontería que organizamos en la sala común, casi nadie viene de fuera y, bueno, eso.— sonrió con su sonrisa de conquistador.
— Me encantaría.— dijo con simpleza.
— ¿En serio? Digo, ya lo sabía.— sonrió con superioridad.
— Espera.— le interrumpió borrando la sonrisa del rostro del rubio— Me encantaría pero no.
— ¿Cómo que no? ¿A caso tienes planes mejores? Eso no es posible.— soltó la mano de la chica frunciendo el ceño.
Al ver la reacción del rubio Birdie rió suavemente.— Solo bromeaba, tu ego me estabs superando.— bromeó, ante la mirada seria de Draco ella le volvió a tomar la mano y besó su mejilla— Vamos no te enfades, aún tienes que explicarme otra poción.
— Eres cruel.
Ella rió arrogándole un cojin.— No digas eso, soy un angelito. Vamos, ayúdame.— pidió haciendo un puchero.
Interiormente Draco estaba hecho un caos, su padre esperaba mucho de él, el mismísimo Voldemort lo hacía. Pensaba que su mente no podía retener más pensamientos entrelazados hasta aquella muestra de afecto. Notó como su corazón se paraba por un segundo antes de sentirse inundado de cariño y amor, no sabía que estaba haciendo esa chica con él. Solo tenía claro que nunca había sentido nada igual y eso le aterraba.
