Freya: la diosa del amor y la belleza. Los muggles griegos erróneamente la llamaban Afrodita y los romanos Venus. Tras los juicios de brujas se casó con un muggle inglés, Charles Myers y durante cinco generaciones su decencedencia consistió en un ún...
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"Cenando con los Myers"
Habían pasado varios años desde su graduación. Birdie acababa de cumplir 23 años y ella y su novio habían sido invitados por sus padres a cenar en familia. Birdie se había convertido en una de las profesoras más queridas de Hogwarts, mientras que Draco tenía su propia oficina en el edificio de aurores de Londres.
Parado frente a la puerta Draco apenas podía respirar, ni siquiera llevaba corbata pero notaba una presión sobre su garganta que pasaba a oprimirle todo el pecho. No era la primera vez que iba a la casa de los Myers a cenar, pero sí la primera, y con suerte, última vez que iba para pedirles la mano de su hija.
— Draco, ¿estás bien? — preguntó la ex hufflpeuff ante la extrema palidez de su novio.
— Perfectamente. — logró decir antes de llamar a la puerta.
"Es el momento perfecto" se repetía así mismo autoconvenciéndose de que todo iba a salir bien. En verdad, sí era el momento perfecto. Llevaban saliendo unos cinco años, se habían mudado juntos hacía ya más de uno y ambos estaban en el momento cumbre de sus carreras. Acababan de ascenderle, tendría menos misiones y pasaría más tiempo en la oficina supervisando a los demás, podría pasar más tiempo con Birdie y ya no estaría expuesto a un peligro constante.
La cena pasó rápidamente entre risas y fácil conversación. Sin embargo, cada cierto tiempo se podía notar a Draco algo ido, perdido en sus pensamientos. Claro que él y Birdie habían hablado de matrimonio, ambos habían acordado que lo mejor era esperar a tener trabajos estables. Cuando por fin los tuvieron, Birdie esperó por un tiempo la pedida de Draco, pero él, por miedo al cambio, no hizo nada aún teniendo el anillo comprado.
Entonces el timbre sonó. "Debe de ser Charles" dijo la castaña yendo rápidamente a la entrada.
— Señores Myers... — aprovechó entonces el rubio — Al terminar la cena me gustaría comentar algo con ustedes.
— Puedes hacerlo, hijo. — le interrumpió el padre de Birdie al instante.
— Pero...
Él parecía confuso, ¿Cómo sabía que iba a preguntarle?
— Y cuantas veces tenemos que decirte que nos llames Tessa y Cameron. Sobre todo ahora, dadas las futuras circunstancias. — dijo su suegra giñándole un ojo.
Draco sonrió ampliamente, por fin podía respirar. — Gracias, muchísimas gracias.
— ¡Familia! — exclamó el mayor de los hermanos entrando a la sala — Oh, teñido, ¿Cómo está mi cuñado favorito?
— Soy tu único cuñado, Charles. — rió Draco.
— Eso que tú sepas...
Birdie negando le dio un golpe a su hermano con desaprobación. — Mira que eres tonto. — Entonces se sentó junto a su novio con una amplia sonrisa, depositando suavemente su mano sobre el hombro de él. — ¿De qué estabais hablando?
— Solo aburríamos a Draco con historias de cuando eras niña, ¿verdad, hijo? — dijo Tessa con una sonrisa llena de complicidad.
