Capítulo 35.

8 0 0
                                        

-!El salón principal esta muy cerca!- me avisa Leonard.

El pasillo me parece eterno, pero en pocos instantes damos vuelta en la primera esquina que se nos presenta, hay unas grandes escaleras con un tapete negro enzima de ellas y los bordes de color dorado.

Sin dudarlo un solo segundo Leonard me arrastra detrás de él a las escaleras. Estando en la plata baja, para mi sorpresa, hay muchas personas reduciendo atención por parte de los trabajadores del lugar, Smaug se acerca con uno de ellos, no logro escuchar lo que dicen, miro a Leonard, su ojos no le apartan la vista a Smaug se que el tiene ganas de estar con él escuchando por si mismo lo que esta sucediendo pero no se aparta de mi, eso me consuela y a la vez me confunde.

-¿La encontraron? -pregunta Arwen irritada-.

-No hemos sabido nada de ella -hace una pausa-, aun.

Recarga su espalda en la entrada, admirando el humo de las casa quemadas, imagina a los hijos de la noche muertos en plena calle, se muerde el labio.

-Tengo sed... -dice para si misma-, en momento de entrar en acción Esteban.

-Como usted lo desee - le responde-.


-Es peor de lo que pensaba...- dice Smaug con el rostro caído-.

-¿Qué sucede?.

Smaug nos explica que los hijos de la sangre están atacando al pueblo, aun no saben la razón por la que lo hacen, las únicas opciones que tienen son rendirse, pelear o resistir hasta la noche para tener mas ventaja, por el momento están refugiando a mujeres y niños aquí dentro para mantenerlos a salvo. Siento un escalofrío que recorre todo mi cuerpo, de la nada siento mi boca seca, como si tuviera años sin tomar una sola gota de agua, aunque en este momento el agua ya no es necesaria en mi organismo.

-¿Qué hacemos?-.

-Tenemos que defender lo que es nuestro - dice Leonard alzando el puño al cielo-, !debemos enseñarles a los hijos de la sangre que no se pueden apoderar tan fácilmente de nuestro hogar¡.

Un sin fin de aplausos y gritos apoyan lo dicho por Leonard, Smaug luce orgulloso, tanto hombres como mujeres se dispersan y parecen armarse con lo que sea que se encuentren y que les sea útil.

-!Vamos¡ -señala la puerta-.


Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora