Capitulo 39

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-No es una pregunta inteligente -se burla de mi-, tu destino será igual al de los hijos de la noche, ¿te digo algo? -no respondo-, ese final lo escogiste en el momento en el que le diste la espalda a tu propia especie.
"Raziel ..."

Su compañero tiene posados sus ojos en mi , y no como lo hace Arwen, hay algo diferente, no sé como explicarlo, parece que denotan miedo.

-Despierta - dice Arwen regresando me a la realidad-, sigo aquí.

-Escucha, no tienes que hacerle daño a Smaug y a su gente, tu me quieres a mi, ¡ellos no tienen porque pagar!.

-Ellos te salvaron la vida, te salvaron de Sebastián, tenias que haber muerto ya, si alguien de nuestra especie te encontrará con vida, quedaría completamente al descubierto sin mencionar a Raziel, el pobre se la pasa lloriqueando por ti y no lo soporto, por cierto - hace una breve pausa -, hoy tiene una pequeña reunión conmigo, espero que no te moleste.

Y en ese mismo instante una punzada de tristeza combinada con furia invaden todo ni ser.

-No me interesa lo que tengas planeado hacer con él - miento -, pero para este desastre de una vez por todas.

-No sabes mentir - me descubre esbozando una amplia sonrisa-, si no fuera por la risa me darias lastima. Después de haber echo mio a Raziel, lo convencere de que me ayude a derrocar a Bardo junto al ejército que ya tengo reunido.

Estaba apunto de perder la cordura. Sin darme cuenta mis dedos estan clavados en la madera.
Arwen estira su mano derecha indicando a su compañero que le entregue cierto objeto, este vacila un poco pero al final cumple con esa orden, en el bolsillo trasero de sus pantalones, saca una pequeña revolver que termina en manos de Arwen, revisa con cuantos tiros tiene a su disposición para usarlos contra mi. Instintivamente, me di vuelta subiendo las escaleras, aunque no era un buen plan, en algún momento me quedaría sin camino, entonces, ¿a donde iría?, tal vez podría subir al techo como sucede en las películas de acción.
Hago todo lo posible para que el pánico no se interponga con mi cerebro para elaborar un plan y rápido, hasta entonces sólo podía hacer tiempo distrayéndolos.
En pocos minutos pierdo completamente el aliento, en cualquier momento terminare desmayandome,
parece que la deje atrás a ella y a su compañero, por el momento. En tres segundos, me quedo completamente helada, con mi brazo apoyado en la pared, siento mi boca seca y una sensación de ansiedad, algo que no había sentido en toda mi vida, a continuación mi garganta entra en una face de ardor, como cuando comes algo picante y ,por alguna razón, sientes como te quema.

-Dime -me interrumpe una voz familiar-, ¿qué siente tener tanta sed como la tuya?.

Mi corazón se detiene, ¿tan rápido me alcanzó?.

-No lo puedo creer -se burla-
con esto me estas demostrando que Raziel jamás te dijo cuales eran tus nuevas habilidades -su mirada se torna más seria-, deja te lo explicó, primero, tenemos una velocidad asombrosa, como ya lo habras notado. En segunda tenemos una increíble fuerza, por desgracia, los nosferatu tienen más del doble que nosotras, las draculinas -al terminar eso último, da un golpe a la pared, su mano atraviesa con facilidad la pared y varios pesados de escombros caen al suelo, al final un agujero queda marcado, al instante, su compañero, (había olvidado por completo su presencia), hace la misma acción sólo que esta vez la pared casi desaparecía por completo, ¿enserio puedo hacer todo eso?-, tercero, tenemos la curiosa habilidad de controlar la voluntad de los demás pero no te emociones sólo sirve en los humanos, por alguna razón no podemos con las demás criaturas... Las demás habilidades no son tan importantes.

-¿Qué quieres decir con eso?.

-Son más simples, como flexibilidad y cosas por el estilo.

Impresionante, es todo lo que se me ocurre, me pregunto por qué Raziel no me lo había comentado antes, tal vez porque huí del lugar. Si, es por eso.

Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora