Capítulo 11

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-Señorita por favor deje de moverse- me regañó la enfermera-.

-Lo siento pero duele mucho.

-Y si te mueves te dolerá más- afirmo Raziel-.

La enfermera se levanto a buscar unas vendas para terminar, Raziel estaba a mi lado, la enfermería era muy grande parece que mucha gente acude a este lugar.

-¿Por que es tan grande este lugar?.

-Este es al único lugar donde podemos acudir- dijo con voz seca-, no ay otra enfermería por eso es tan grande.

Suspire, mire a Raziel fijamente, su mirada estaba perdida en la puerta. Un hombre alto de edad avanzada entro a la enfermería y se dirigió hacia nosotros tenia una mochila café en su espalda.

-Tome joven Raziel-dijo entregándole una carta-.

Raziel tomo la carta con delicadeza, el hombre se dio vuelta y se retiro, con cuidado abrió el sobre y sacó el escrito.

-Dime de quien es-dijo dándome el sobre-.

-Dice:

28 de agosto del presente año.

Por medio de la presente carta se le informa que se le solicita a. usted y la señorita Victoria que como ya sabrá es recién llegada en nuestra pequeña organización, se llevara a cabo a las 15:30 hors, de este mismo día,se espera que sea puntual.

-Demonios tendré que regresar a ese lugar de nuevo- se quejo Raziel-.

-¿No te gusta ese lugar?.

-No ese lugar es tan deprimente.

La enfermera regreso con las vendas y las desenvolvió poco a poco, con delicadeza las puso en mis heridas, en pocos minutos acabo de curarme.

-Estas lista, ahora lo único que tienes que hacer es no hacer mucho esfuerzo con ese brazo y sanara pronto.

-Muchas gracias.

Me puse de pie y salimos de ese lugar, el sol me ardía en los ojos y me nublaba la vista, Raziel estaba muy serio lo cual me parecía muy extraño.

-¿Estas bien?

-No, no lo estoy consiste la enfermería por mi culpa, pero ese Alexander me las pagara.

Raziel apretó fuerte lo puños, se podía ver como se contraía de la presión que estaba haciendo.

-Sigueme tenemos que ir a ver a Bardo ya.

Raziel de mala gana comenzó a caminar y sin ninguna opción lo seguí, todo este lugar era tan extraño pero lo sentía tan familiar, como si una parte de mi supiera que aquí pertenecía. Nos detuvimos es un hotel, era de unos seis pisos, no paraba de entrar y salir personas, se percibían diferentes olores cada uno con una cierta característica, su detalle, su sello personal, entramos, el lugar estaba adornado con flores de diferentes colores, Raziel se detuvo en el mostrador y hizo sonar la campanilla de color dorado para que lo atendieran.

-Hola Raziel-saludo el empleado-, ¿en que te podemos ayudar?.

-Hola necesito que me des las llaves de mi auto.

El joven se dio la vuelta y tomo un par de llaves que estaban colgadas en la pared y se las entrego. De inmediato Raziel camino a la parte trasera del edificio que supongo que era la cochera del hotel, lo prendió mientras yo llegue corriendo sin aliento ya que no note cuando se movió, sin aliento alguno llegue al auto y subí. Raziel de inmediato lo hecho a andar. El silencio se apodero de ambos hasta que me arme de valor y rompí con ese silencio.

-Raziel-dije con voz tímida ¿como me encontraste?.

-¿A que te refieres?.

-¿Cuando me salvaste de Wesley?.

-Bueno yo..por tu olor.

-¿Mi olor?, en serio Raziel dime.

-Esa es la verdad tu olor, mira Victoria ya es hora que te diga todo.

-Pues dimela.

Raziel abrió la boca pero en pocos instantes la cerro de nuevo.

-Mierda Victoria por mas que lo deseé no puedo ser yo quien te diga la verdad eso es trabajo de Bardo.

-Como gustes.

No se que paso por la cabeza de Raziel en ese momento no había nada que contar , y que con esa tontería de mi olor esta completamente loco, pero todo se resolvería al llegar con ese tal Bardo.

En todo el camino no hablamos ni mirarnos de reojo.

-Ya llegamos Victoria- dijo Raziel desanimado-.

Enfoqué mi vista hacia donde se dirigía Raziel, habian una antiguas puertas de madera muy parecidas a las de un templo común y corriente, tenía un hermoso tallado, en una puerta estaba un pequeño ángel, tenia los ojos cerrados y llevaba una túnica, en sus manos sostenía un arpa. En la otra puerta yacía un demonio sus dientes eran afilados, tenia garras de lobo, en sus manos sostenía un arco con una flecha de fuego pero lo que mas llamaba mi atención era esa estrella enserrada en un circulo, estaba en su frente. Poco después reflexione, era el mismo dibujo que vi en la escuela y en mi sueño.

-Eso es...-dije tartamudeando-.

-Es una runa, deberás empezar a familiarizarse con ellas.

Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora