Capítulo 18

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-¿Donde......estas?- dijo Leonard con voz debil-.

Ese enorme perro y yo no nos apartábamos las miradas por nada en el mundo pareciera que nuestra vida dependiera de ello, moje mis labios con mi saliva utilizando mi lengua, lentamente me puse de rodillas sin apartar la vista de aquel gran perro que me complicaba la existencia. Dio un gran salto y cayó sobre mí, mi espalda dio un fuerte choque con el el suelo trato de murderme la garganta pero tome su hocico para evitarlo, las garras de sus patas rasgaban mi cintura y un poco los hombros y la mayor parte de mi pecho, sentía como poco a poco perdia la fuerza en mi brazo,la saliva de su ocico se resvalaba por mis mejillas. Una piedra golpea con fuerza el cráneo de ese perro, se queda aturdido, Leonard lo quita de encima y me ayuda a ponerme de pie, la mayor parte de mi cuerpo estaba cubierta de sangre, sentí una punzada en mi cabeza, mire al suelo y observe detalladamente las manos de Leonard, estaban cubiertas de sangre, sin pedirle opinión tome su muñeca y extendí su mano y comencé a limpiar su mano con mi lengua, podía sentir como Leonard temblaba, mi lengua paso por toda su mano incluso en medio de los dedos. Después de varios segundos solté su mano.

-Tus ojos...-tartamudeo-,están de color rojo.

Sin responderle me di la vuelta, me dirigi al árbol mas cercano que encontré y arranque una gruesa rama, lo suficiente como para dejar herido a alguien, el perro comenzó a gruñir, se estaba molestando, el sabia tanto como yo que la pelea estaba por comenzar se echo a correr ignorando por completo a Leonard dirijiendosa hacia mi, tomo impulso con sus patas traseras y dio un gran salto reaccione rápidamente di un giro a la derecha logrando esquivar el ataque, al mismo tiempo me di la vuelta y usando la rama y mucha fuerza golpeo sus costillas, provoco que chillará, sin pensarlo dos veces le doy otro en la espalda para derribarlo,funciono, le doy uno tras otro sin intenciones de detenerme .

-¡Ya basta Victoria, suelta ese palo y alejare lo más rápido que puedas de él!-dijo una voz masculina-.

Hise lo que me dijo y lance la rama lo más lejos que pude.

-¿Cómo sabes mi nombre?.

-Leonard ya me arte de tus estupideces, sabes que esta prohibido traer extraños a nuestras tierras-me mira detenidamente pocos segundos y regresa su atención a Leonard-,¿por qué tragiste una draculina?, sabes que es peligroso podría trabajar para el Sagh.

-Escucha yo no sabia que ella era una draculina sus ojos se acaban de tornar de color rojo hace unos pocos momentos cuando bebió su propia sangre por medio de mi mano, estaba sola y ese tipo estaba a punto de asesinarla y si ella esta aquí sola es por que se dio cuenta de lo que en verdad es correcto y lo que hace Bardo solo es para su propio capricho.

-¡Pero no tenias que traerla tan cerca de nuestra ciudad!

-Suficiente, vámonos Victoria....

Mi pierna me ardía sentía mucha adrenalina y dolor en mi pierna derecha, una punzada de dolor agonizante recorría por todo mi sistema nervioso el perro no soltaba mi pierna por nada en el mundo perdi fuerza en mi pierna derecha y caí al suelo, el perro me soltó y se dio a la fuga.

-¡Victoria!-grito Leonard-.

Su voz era distante pero al parecer el estaba muy cerca de donde yo estaba, todo me pesaba incluso los párpados era casi imposible mover un dedo.

-Resiste Victoria-grito con desesperación Leonard-.

Sentí como mi cuerpo se hacia frío, volví a notar la brisa de la noche, la luna llena que brillaba con todo su esplendor pero poco a poco todo se oscurecía deje de poner presión en mi cuerpo, cerré mis ojos, tods mis sentidos dejaron de funcionar.

Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora