Capituló 23.

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-No puede ser es él-dijo un hombre-.

-Silencio -le ordeno su compañero-, parece que esta dormido.

-Tenemos que avisarle a Smaug.

-Esto no saldrá nada bien -advirtió uno de ellos-.

Se pusieron de pie y en pocos momentos se echaron a correr, dieron un gran salto, casi al mismo tiempo, aterrizaron en el suelo con sus cuatro patas peludas echos unos lobos.

La oficina de Smaug estaba en muy buenas condiciones lo cual tenia muy impresionado a Alexander ya que la que tenia Bardo esta echo un desastre y lucia muy vieja, el escritorio tenia un mantel rojo con bordes amarillos, en la parte de arriba estaba cubierta con vidrio, encima papeles ordenados, Alexander se quedo inmóvil buscando palabras para poder iniciar una conversación con Smaug.

-Lamento los problemas- se le ocurrió a Alexander-.

-No te preocupes- suspiro-, ahora tenemos que ver que es lo que le pasara a Victoria.

-Si, nadie sabe a ciencia cierta lo que le pasará.

-Y ¿como ella conoce a Raziel?.

-Él fue quien la trajo para empezar, al parecer Raziel la a cuidado y le a mostrado nuestro pueblo pero por alguna razón se alejo de ella y Victoria no pudo soportar tanta presión y tomo la desision de irse - suspiro -, estoy seguro que esos dos sienten algo más que una simple amistad.

-Tal vez - dijo esbozando una pequeña sonrisa -.

-¡Señor! - dijo uno de sus aliados interrumpiendo la conversación, abriendo la puerta por la fuerza -.

-¿Qué sucede?.

-Mi compañero y yo hemos visto al Sagh dormido en un árbol no muy lejos de aquí.

-Alexander......

-Lo se, no se preocupen yo me encargó de él -afirmo Alexander-.

-Suerte -le deseó Smaug-.

-No puede ser me quede dormido -exclame-.

Con las palmas de mis manos frote mis ojos, estire mi cuerpo y rápidamente me puse de pie y me colgué la mochila en mi espalda y regrese al cendero. Estaba el atardecer en proceso,el viento estaba desatándose por completo y el frío comenzaba a invadir mi cuerpo sentí un escalofrío que provoco que comenzara a temblar del frío tenia que sacar mi..... ¡Mierda!, de las prisas había olvidado mi chamarra no tenia alternativa debía seguir casi muriendo de hipotermia, mire el cendero y una sombra negra se posaba no muy lejos de mi, por un momento se detuvo pero después de algunos segundos se echo a correr en dirección hacia mi, alzo su brazo y me hizo señales con su mano como si me saludara, ¿quién podría ser?.

-Raziel -exclamo Alexander-, soy yo.

-Alexander -dije asombrado-, ¿qué haces aquí?.

-Bueno, vinimos por Victoria pero había un tipo que no permitia que no la lleváramos y Patrick dijo que era su novia y con la ayuda de Smaug lograron convencerlo de que se la llevara Patrick mientras yo arreglaba unos asuntos con él.

-¿Novia? - mi corazón comenzó a martillar con fuerza mi pecho, por ese momento olvide que me estaba congelando solo quería encontrar a Victoria y tenerla a salvo para poder matar a Patrick-, ¿donde esta ese mal nacido?.

-No lo se.

Alexander parecía arrepentido y asustado, él sabia mas que nadie como era Raziel con su sed de venganza.

-Hay algo más que tienes que saber Raziel.

-¿Qué cosa?.

-El estado de Victoria es critico -el frío regreso a mí-, nadie puede ayudarle, nadie sabe que pasara con ella, según por lo que nos dijo el científico y los doctores de Smaug sólo es cosa de ver como reaccionará ante la maldición del hombre lobo.

-Mordieron a Victoria -dije asustado-, ¿quién fue?.

-No sabemos quien fue y tampoco donde este actualmente, mordió su pierna, ella luce bien en su exterior pero en realidad esta teniendo una fuerte lucha contra ella.

Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora