Capituló 19

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-¿Como que no saben donde esta?-grite enojado-.

-Tranquilizate Raziel- me sugerido Arwen-.

-¿Cómo puedes decirme eso?, Victoria estaba a mi cargo y la abandone , no la ayude a comprender lo que estaba pasando, fui un completo idiota con ella-me lamente-.

-No esta bien que te culpes por todo-dijo Bardo con voz tranquilizadora aunque no era suficiente para calmarme-.

-No se por que se preocupan tanto por ella es una completa debilucha no tiene lo necesario para llamarse draculina- se burlo Patrick-.

Tome una pequeña lampara de lava que estaba en la mesa principal y la lancé con toda mi furia a Patrick pero como era de esperarse lo esquivo con bastante facilidad.

-¿Qué quieres pelear "Esmeralda"?-me amenazo-.

-Tal vez sea lo mas adecuado para que cierres el maldito pico que tienes.

-Ya basta ustedes dos, Raziel fuera de aquí nosotros resolveremos ese problema esperanos en la sala de espera.

De mala gana salí de la sala principal directo a la calle, por un buen rato estuve caminando sin estar conciente en donde podria terminar me detuve frente una casa, la que se supone que sería el hogar de Victoria lentamente gire la manija de la puerta en pocos momentos la puerta se encontraba abierta.

-Debería darme un baño-pense-.

Sin muchos ánimos subi las escaleras con dirección al baño. Abrí la lleve de agua caliente metí la mano en el agua ya estaba lista, me quite mi playera y la tire al suelo frote mi estómago con mi mano derecha después desabroche mi cinturón proseguí con desabrochar el botón y con cuidado bajar el sierre, prácticamente se calleron solos solo era cuestión de hacer un ligero movimiento con la cintura, se deslizó por mis piernas, me quite mis tenis y luego los calcetines. Puse mis manos en mi cintura tomando el resorte de mi ropa interior negra y la baje lentamente, la deje junto mi pantalón podía sentir la brisa chocar con mi cuerpo desnudo. Una vez debajo de el agua no dejaba de pensar en ella quería sentirla otra vez junto a mi, el agua que salia de la regadera recorrían todo mi cuerpo desde mi cuello hasta mi abdomen y un par de eelas se deslizaban de mis ojos y se atoraban en mis mejillas.

El camino en el bosque era muy solitario, solo tenia la compañía del viento y las plantas, el crepúsculo se veía hermoso. En pocos momentos la luna se poso ante mis ojos, brillaba con todo su esplendor, continúe caminando por el mismo sendero, di la vuelta a la izquierda y encontré una vieja casa parecía ser de dos pisos, trate de buscar una forma de rodearla pero a los costados de la casa habían unos grandes muros me hacer que a ella, gire la manija y la abrí despacio, hizo un fuerte rechinido que se escucho por todo el interior de la casa, todo estaba completamente vacío, la sala principal parecía estar libre de muebles, entre en ella sigilosamente di un par de pasos y me detuve. De la nada un las se atravesó en mis ojos la seguí, me dirigió a una escaleras, subí desconfiado, me asome antes de subir por completo la luz se había transformado en una lampara que estaba junto una cama y parecía haber alguien ahí, terminaron las escaleras y me acerque a la cama, había una mujer denuda cubierta totalmente de sangre, sentí como un escalofrío de horror recorría mi cuerpo al ver la cara de la mujer, estaba llorando sangre, Victoria.

Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora