Capitulo 50

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Por poco y le da a Raziel, si no hubiera desviado el disparo, probablemente el estaría muerto, cuando Raziel se dio cuenta que seguía en este mundo, apretó la muñeca de Arwen y le quito el arma.

-Victoria - dijo con su mirada puesta en mi -, estas...

-¡Suelta me! -grito Arwen y que por poco destruye mi oído-.

Hice lo que me ordenó, la solté y de inmediato le di la vuelta para vernos las caras después del desastre que hizo hace unas horas, la tome y apoye su espalda contra la pared, utilizando la coronilla de mi cabeza para luego darle un golpe en su nariz y ella callo al suelo inconsciente.
Pase por encima de el cuerpo de Arwen y abrace a Raziel, un sentimiento de tranquilidad abundaba en todo mi ser, después de varios días de peligro, al fin estaba teniendo un momento tranquilo.

-Estas viva - me apretaba cada vez más fuerte pero sin lastimarme -, te extrañe mucho.

-Yo también, Raziel -le respondí con un apretado nudo en la garganta -.

Raziel se separa un poco de mi para darme un dulce beso en la frente, haci que esto es lo que se siente ser querida por más de una persona, hasta donde yo sabia, Miranda era la única amiga que tenía, jamás tuve a alguien más, ahora tengo a Raziel y Leonard, espero algún día pagarle los favores que me ha echo desde el día en que lo conocí.

-Eres como una combinación de tres seres deferentes que existen en este mundo - empezó a decir Raziel -, cuando te conocí tus ojos eran de color café claro, te traje aquí y tenían que volverse rojos, te mordieron y debían volverse amarillos pero por alguna razón, apareciste y tuviste uno rojo y otro amarillo, ahora volvieron a ese café, ese brillo en tus ojos que vi antes de traerte aquí.

Un pequeño y suele rechinido asaltan mis orejas, al instante Raziel se pone delante de mi, lentamente escucho pasos que suben los escalones, esto es demasiado suspenso para mi pequeño cuerpo, veo su cabello y en segundos su rostro.

-¿Quién eres tu y qué haces aquí? -le grito Raziel-.

-Leonard -dije-, tranquilo es mi amigo, si no fuera por el y Smaug no estaría aquí en estos momentos.

-¿Estas bien Victoria? -me pregunto Leonard -.

-Si, sólo estoy cansada -le respondí -.

Por segunda vez me encontraba en la salida de el pueblo, junto con Raziel y Leonard.

-¿Podrás regresar sólo? -le pregunte -.

-Si, recuerda que esto no es una despedida, pronto habrá otra luna llena y tienes que regresar, siempre serás bienvenida.

-Gracias, Leonard, por todo lo que hiciste por mi, espero algún día regresar te el favor.

Me mostró una pequeña sonrisa para darse la vuelta marcarse. El sol había desaparecido, y tranquilamente empezaran a brotar las estrellas y se asomará la luna.

-Vamos a tu casa -dijo Raziel-.

-Si, vamos.

-¿A donde llevaran ha Arwen?.

-Se escuchar un tanto primitivo pero tomando en cuenta nuestra fuerza y el resto de nuestras habilidades, probablemente ella este en un hoyo.

-¿Un hoyo?.

-Si, es profundo, que te gusta, aproximadamente cuatro metros bajo tierra, es ancho y las paredes están echas de metal.

-¿Y el arma?.

-La tiene Bardo, la devolverá a la Catedral del Lanchester en Inglaterra.


Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora