Capitulo 48

0 0 0
                                    

Ahora en verdad todos estabamos reunidos en la sala de Arwen, les explique a Alexander y Edwin todo lo que había pasado, Alexander se veía tranquilo pero Edwin tenía los ojos llorosos, en cuanto notó mi mirada se puso de pie y salió afuera, de inmediato su amigo lo siguió.

-Tranquila -dijo Leonard -, lo encontraremos.

Leonard, apesar de que lo acabó de conocer, me ha apoyado mucho, demasiado diría yo.

-Leonard, te agradezco tu apoyo, toda tu ayuda, pero creó que has echo demasiado por mi, deberías regresar.

-No digas eso, te ayudaré hasta que esto termine, además -puso su mano en mi hombro -, yo también quiero decirle un par de cosas a esa tal Arwen... ¡Eso es!.

De un salto Leonard se puso de pie, lucia emocionado.

-Vamos Victoria no hay tiempo que perder -dijo y salió disparado al piso de arriba, lo seguí, estaba parado a la mitad del pasillo.

-¿Qué planeas? -le pregunte confundida -.

-¿Cuál creés que sea su cuarto? -me preguntó dejándome con más dudas -.

-No tengo ni la más remota idea, tal vez donde haya fotos de ella o ropa de mujer.

-Revisemos los dormitorios.

Entre en el primer cuarto, revise los cajones pero estaban completamente vacíos al igual que el ropero, salí y revise en la segunda habitación, esta vez habían playeras y pantalones de mujer, tome una playera y me encaminé a la tercera habitación donde encontraría a Leonard.

-¿Encontraste algo? -dijo al verme entrar-.

-Si, traje esta playera -respondí -, ¿y tu?.

-Igual, dame la playera -dijo extendiendo su brazo con la mano estirada-.

Solté la playera en su gigantesca mano.

-Hoy tendrás tu primera lección de como ser una hija de la luna, paso uno: Olfato súper desarrollado -dijo tocándose su nariz-, cierra los ojos.

-¿Luego? - dije dejando caer mis párpados-.

-Toma la playera - extendí mis manos y él dejó ahí una playera -, ahora respira profundamente y concentrate en su aroma.

-No percibo nada -, respondí-.

-Otra vez.

-No encuentro... nada -abri los ojos y todo estaba de color gris a excepción de una linea amarilla que emana de la playera -, impresionante.

-Tu seguirás ese aroma y yo seguiré el de esta playera.

Salimos afuera y todo seguía de color gris.

-¿Para donde va tu aroma? -le señale mi izquierda -, son rutas diferentes, aquí nos separamos, concentrate en el olor, si lo pierdes, has exactamente lo mismo que la primera vez, ¿entendido?.

-Si, ten cuidado Leonard.

-Tu también, Victoria.

Le di la espalda y corrí lo más rápido que me permitieron mis piernas, espero no llegar tarde.

Gota rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora